Robaron pósters de titulares impactantes y/o violentos que los comerciantes de periódicos usan en Londres para vender ejemplares. Durante seis años, dos 'dandies' del arte, Gilbert & George, que también son como dos estatuas vivientes, recopilaron 3.712 carteles que compusieron en 292 obras denominadas London Pictures . Hasta la Planta Noble del Casal Solleric han viajado 50 obras formadas por 622 carteles, una parte de esas London Pictures que son, a su vez, un espejo de la sociedad contemporánea, que el público podrá ver desde hoy, a las 19.00.
Son titulares de la prensa británica, pero podrían ser, perfectamente, Mallorca Pictures . Gilbert & George estuvieron aquí el pasado mes de julio de visita y ya advirtieron que les gustaría exponer su arte en la Isla. «Nunca antes habíamos oído nada de Mallorca, sólo de hooligans ingleses bebiendo cerveza», apunta Gilbert.
A Gilbert & George les interesan los espacios con historia, como el Casal Solleric. «Es la mejor presentación de London Pictures , la más potente en comparación con otras que hemos realizado. Quizá porque es un espacio vivido, y las obras hablan de un modo diferente». En sus composiciones abordan temas como la muerte, la vida, la religión, el sexo o el dinero, y siempre autentificando el montaje con una imagen central suya y otra del perfil de la reina de Inglaterra en la parte inferior derecha. «Cuando una persona escribe una carta firma con su nombre. Nosotros lo hacemos con nuestra imagen», apunta George, más hablador que estatua viviente en esta ocasión.
En London Pictures , explica George, «congelamos el tiempo». Cuando incurren en temas universales insisten en los conceptos del sexo o la religión en la sociedad. «Creemos en la descriminalización del sexo en el mundo».
Los pósters que robaban tenían una vigencia de un día. La mañana siguiente la noticia era otra, estaban regidos por la actualidad. «Son como un rollo de una noche», señala George en referencia a la duración. Esta noche, con motivo de la Nit de l'Art, está previsto que miles de personas se acerquen hasta el Casal Solleric para ver la exposición. Será un idilio muy promiscuo. Y efímero, como los pósters.