La excavación que lidera el arqueólogo Javier Aramburu en Ses Païses, Artà, ha descubierto el primer anillo de bronce que aparece en un poblado talayótico. Según explica el propio Aramburu, «es un anillo del siglo segundo antes de Cristo típico de las cuevas de enterramiento, pero que nunca había aparecido en un poblado». Este tipo de objetos de lujo llegaron a Ses Païsses al final de la vida del poblado. «La importancia de esta pieza es que nos permite datar los que se encuentran en cuevas, ya que cuando aparecen en un nivel dentro del poblado sabemos la cronología», sostiene el arqueólogo.
Además, su equipo, compuesto por 25 personas, entre ellas 15 voluntarios, ha hallado dos clavos de bronce de los que se utilizaban para unir las maderas de los barcos romanos, además de una espiral de bronce para sujetar el cabello, una cuenta de collar de Eivissa del siglo IV antes de Cristo, restos de cerámica, huesos y una espátula de hueso de bóvido trabajada para servir como cuchara.
La excavación, con un horario de trabajo intenso, se inició el pasado 20 de julio y finalizará a principios de agosto. «Ses Païsses no suele aportar objetos vistosos, estos los localizamos en las cuevas, porque en la cultura talayótica el material de valor lo enterraban con los muertos. Aquí buscamos su modo de vida, cómo se alimentaban, las diferencias sociales o si se dedicaban a la agricultura o a la ganadería», comenta el arqueólogo. Excavar en este yacimiento supone «una labor muy dura, de mover muchas toneladas de tierra y piedras. Encontramos objetos de todas las dimensiones, desde estructuras monumentales hasta granos de polen que nos permiten saber cómo era la vegetación».
En Ses Païsses, el equipo comandado por Aramburu ha ido excavando niveles de 2.500 años de antigüedad desde hace ya 13 años. «Ahora empezamos a saber cómo era la vida aquí. Es un trabajo que no se hace de un año para otro». Entre las investigaciones sobre la flora y la fauna también han descubierto que las vacas tenían el tamaño de una oveja actual.