Tres cuadros pintados en Mallorca -uno sobre la fundación de la Cartoixa de Valldemossa dado a conocer recientemente, como publicó Ultima Hora-, y dos tratados que el intelectual y político Melchor Gaspar de Jovellanos (1744 - 1811) escribió durante su destierro en el Castell de Bellver, se exhiben en el Museo Casa Natal de Jovellanos (Gijón). Los primeros son algunas de las escasas obras de arte de la colección personal del ilustrado de las que, en la actualidad, se tiene noticia, pues la mayor parte de la misma desapareció «en extrañas circunstancias» durante la Guerra Civil.
En estos momentos, los expertos estudian si una cama de campaña, «plegable», que permaneció expuesta durante años en el citado museo, es la que utilizó Jovellanos mientras vivió en Mallorca entre 1802 y 1808. Mientras se investiga en la bibliografía que pueda documentar este dato, el mueble ha sido retirado de la exhibición al público «para su estudio, pero, de momento, no puedo avanzar más». Lo explica Lucía Peláez Tremols, directora de la Casa Natal, también museo de Bellas Artes Municipal, donde se recuerda la figura de Jovellanos con muebles originales, retratos, documentos, entre ellos las piezas de origen mallorquín.
Descanso en la huida a Egipto es el título de una pintura que el cartujo fray Manuel Bayeu, cuñado de Goya, pintó para Jovellanos el 3 de julio de 1806 en su celda de Bellver. Según recoge la publicación Reconstrucción de la Colección Artística de Jovellanos, el fraile, a quien el asturiano conoció en Valldemossa mientras decoraba la bóveda de la Cartoixa, remató este cuadro en tres horas. El entonces prisionero en Palma lo regaló a Tomás de Verí, uno de sus «amigos devotos», que también era coleccionista, a cuya familia perteneció hasta que el museo lo adquirió en 1994.
Otro «asiduo» a la celda de Jovellanos era el escultor palmesano Francisco Tomàs i Rotger, quien colaboró con Jovellanos realizando dibujos de los edificios góticos de Ciutat para sus Memórias histórico-artísticas, reunidas y publicadas en abril de este año por Joan Domenge y Daniel Crespo.
«Espoleado» por Bayeu y Jovellanos, Tomás hizo incursiones en la pintura y fruto de las mismas fue Virgen con el Niño dormido (1805 - 1807), que viajó de Mallorca a Asturias en 1808, cuando el desterrado quedó en libertad. Hoy se expone en Gijón, junto con la primera edición del estudio de Jovellanos sobre sa Llonja de Palma y los Apuntamientos para un diccionario geográfico e histórico que escribió en Bellver.