Es un artista «ajeno a las modas», pero «no un desconocido». La pintura «tranquila» de Rafel Joan (Palma, 1957) se dio a conocer en los ochenta, cuando «gustaba mucho al neoexpresionismo». No ha dejado nunca de trabajar. Acaba de exponer en Barcelona y, en Palma, sus propuestas han llegado de la mano de Ferran Cano, Pelaires y la ya desaparecida galería Gianni Giacobbi. Rafel Joan es un pintor «injustamente valorado», reconocía ayer Enrique Juncosa (Palma, 1961), quien fuera director del Irish Museum of Modern Art (IMMA) y subdirector del Museo Reina Sofía y del valenciano IVAM. Bajo su comisariado, el Institut d'Estudis Baleàrics (IEB) prepara una muestra retrospectiva del artista que acogerá la próxima primavera el Museu Es Baluard de Palma.
Juncosa, que ahora trabaja como freelance desde Eivissa, ha seguido el trabajo de Rafel Joan y destaca su «tratamiento de la luz y de los interiores. Su pintura es de mucha observación, lenta, tiene un mundo muy poético y espiritual, aunque también ironía». Todo ello se recogerá en una muestra que partirá de 1983 con piezas que reflejan «el equivalente de 'La Movida', pero en Palma». No faltarán los paisajes marroquíes que captó a finales de esa década, ni las historias que le inspiró tiempo después el barrio chino de Barcelona. De los últimos años, «se exhibirán sus paisajes aéreos» y lo más reciente, «sus excursiones bajo el mar».
Barceló y Villaronga
Enrique Juncosa ha contado para este proyecto con la implicación de otros artistas que «prueban que lo que hace Rafel es interesante». Son Miquel Barceló, José Carlos Llop, Agustí Villaronga y Arnau Pons, algunos «íntimos amigos suyos», que «elaborarán distintos textos para el catálogo. Algunos serán más personales, y otros se centrarán más en el análisis de la obra». El comisario se vuelca ahora en el diseño de este trabajo y en la selección de las obras, también de documentos, cuadernos, libros y portadas de discos realizas por el artista. Juncosa, volcado desde hace dos años en la escritura, concluye destacando que Rafel Joan es de esos artistas que «se ha preocupado más por la obra que la carrera, y no es nada falso ni que tenga que ver con una mitología del artista. Espero que esta muestra, la primera en un museo, haga que se renueve el interés por su trabajo».