Puede que algunos la recuerden porque, en 2008, fue seleccionada con 16 años para estudiar en la Tanz Akademie de Zurich por ser una joven promesa de la danza. Para costearse los estudios protagonizó dos campañas de mecenazgo que concluyeron con galas benéficas en las que, tanto particulares como entidades privadas, y junto a una beca del centro, consiguieron sufragar los gastos. Tras dos años de formación, participó en diversas compañías en Reino Unido, Alemania y España y, hace poco, firmó un contrato con el Ballet Europeo de Londres, al que se incorporará en breve. Hablamos de la bailarina Laura Álvarez, quien actuará como solista en la Gala de Ballet que se celebrará este viernes y sábado, a las 20.30 y a las 19.00, respectivamente, en el Teatre Principal de Palma.
—De su estancia en Zurich, ¿qué destacaría?
—Que cambió mi vida. En parte porque te hace ver la danza de manera diferente, al estar rodeada de gente que se dedica a ella diez horas al día, y, además, porque estar lejos de la familia te hace madurar más rápido.
—Tras Zurich, ¿en qué proyectos trabajó?
—He actuado en Londres y Alemania, además de hacer alguna gira pequeña por Barcelona con varias compañías y participar en diversos proyectos con Pasodos en Mallorca.
—¿Cuáles son sus proyectos futuros?
—Hace poco firmé un contrato con el Ballet Europeo de Londres, a falta de que me confirmen fechas, para dos meses de ensayos en Londres y una gira posterior por Reino Unido con dos obras de clásico puro: La Cenicienta y La Bella Durmiente.
—¿Cuál es su participación en la gala?
—Seré solista en dos piezas clásicas, El corsario y El Quijote, y dos neoclásicas de la directora de la gala, Laura Macías, Oblivion y T'estim & t'estimaré.
—En Mallorca, ¿qué importancia tiene la danza?
—Siempre ha sido algo apartado, marginado tal vez. Decir aquí que eres bailarina es como decir que eres extraterrestre.
—Cuando se fue a Zurich criticó esa ausencia de danza en la Isla, ¿ha cambiado algo?
—Ahora hay más actividades. Además, tenemos una asociación balear, hubo hace poco un programa de Palma amb la dansa y esta gala es un paso importante. La danza está creciendo y espero que continúe haciéndolo.
—Institucionalmente, ¿ha cambiado algo?
—No demasiado. Entiendo que en estos tiempos de crisis el ballet no es imprescindible, pero nosotros trabajamos mucho porque intentamos que, con nuestro esfuerzo, transmitamos sentimientos y el público los perciba. Es algo muy bonito y positivo, pero a veces no se valora como debería.
—Si comparásemos el peso de la danza en España con el de otros países europeos...
—Por ejemplo, en Alemania hay ciudades que tienen compañías estatales, pequeñas, pero tratan a los bailarines muy bien, contratándolos con un sueldo fijo. En España es más difícil subsistir, porque trabajas con proyectos sueltos y lo mismo estás un mes en activo, como tres parada.
—Entonces, ¿es mejor salir de España?
—Yo lo recomendaría, pero porque te ayuda a ampliar miras. Lo que es una pena es que haya mucho talento en España, como el que tienen los jóvenes que participan en la gala, y se tengan que marchar para ganarse la vida.
—¿Qué se podría hacer en Mallorca para mejorar la situación?
—Que el Teatre Principal hiciera una temporada de ballet en la que cada mes estrenáramos una obra.
Gala de Ballet. El viernes, a las 20.30, y el sábado, a las 19.00, en el Teatre Principal de Palma.
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