Príncipes, reinas, quimeras y demonios se darán cita mañana en La flauta mágica, una de las óperas más conocidas de Mozart en la que se intercalan partes cantadas y narradas y que se estrenará, a las 20.30, en el Teatre Principal de Palma. Una obra fantástica, «sorprendente y para todos los públicos, con la que los espectadores nos podemos sentir identificados».
El director musical es Martin Fischer-Diskau, quien, en su primera visita a Mallorca, se sorprendió al «ver que Francisco López [director escénico] había trabajado en la escenografía original con un resultado espectacular y un vestuario muy vistoso», algo que, reconoció, «me ha encantado». «Estoy acostumbrado a las óperas modernas, que transportan a la actualidad el vestuario, conservando los textos originales, pero con muy poco atrezo».
Otra de las sorpresas con las que se encontró el director es «la calidad de los músicos» y valoró «muy positivamente» la «gran participación de personas locales, tanto jóvenes como profesionales, porque son muy buenos y tienen mucha calidad».
En las dos semanas que Fischer-Diskau ha estado en Palma, «mi trabajo, muy intenso, ha sido que los músicos congeniaran, no sólo con la partitura, sino entre ellos, para conseguir la mayor calidad musical posible, porque en ópera cada nota es importante». Una labor que vio sus frutos ayer en el ensayo general, «el último eslabón antes del estreno».
El director explicó que La flauta mágica «tiene un trasfondo filosófico profundo» con «importante elementos de la masonería, como la naturaleza, que refleja muy bien el personaje de Papageno».
Tras el estreno de mañana, la ópera se podrá ver el viernes, a las 20.30, y el domingo, a las 18.00.