La Setmana del Llibre en Català no dispone de los 700 metros cuadrados que antaño poseyó. Ni siquiera las librerías se pueden permitir el fondo que presentaron cuando se instaló en La Misericòrdia o en el Parc de ses Estacions. Pero su nueva casa, Can Alcover, la sede de la Obra Cultural Balear (OCB), estuvo ayer muy concurrida en su primera jornada. Se trata de una versión reducida, pero con un recibimiento digno tras la gran dosis reivindicativa del presidente de la OCB, Jaume Mateu, el día de su arranque.
La protagonista ayer, lejos de los tintes políticos, era la literatura. Así lo entendía uno de los visitantes, Toni Mateu: «Lo importante es que se haya llevado a cabo, aunque sea en un espacio más pequeño». El joven se mostraba intrigado por títulos como Stoner, de John Williams, o Tot allò que una tarda morí amb les bicicletes, de Llucia Ramis. Precisamente, esta última novela de la escritora palmesana fue uno de los reclamos según informó ayer la librera Miquela Serra, orgullosa tras comprobar la participación ciudadana.
Organizada por nueve librerías, dos más que en la edición anterior, la Setmana del Llibre en Català se celebra desamparada por las instituciones y con el apoyo desinteresado de la OCB. «Me parece un desastre que no participe la Administración y que no se haga en un sitio céntrico. No sólo hablamos de economía, sino también de cultura y de promoción de autores locales», comentaba Maria Lluïsa Mascaró, partidaria de que vuelva a un lugar público. «La excusa es la economía, pero la realidad es ideológica, no hay interés por la cultura propia», concluyó. Catalina Torrens, otra de las asistentes, lamentaba que estuviera ubicada lejos del epicentro de Ciutat. «Has de tener ganas de venir hasta aquí, pero está muy bien».
La actividad proseguirá hoy con la cuentacuentos Aina Garcia, a las 11.30 y con homenajes a Rosselló-Pòrcel, Marià Villangómez y Salvador Espriu. Mañana, a las 12.00, Pep Suasi ofrecerá un Vermut musical. Por la tarde se presentará el libro de Pau Faner, El mal de la guerra y habrá un recital poético a cargo de Jaume Mateu, presidente de la OCB.