La ganadora del recién entregado Premi Ciutat de Palma d'Arts Visuals, Belén Rodríguez, descartó ayer cualquier tipo de copia del trabajo del artista Mateo Maté. La creadora vallisoletana se mostraba «sorprendida» por la polémica en torno a un posible plagio y defendía su instalación, que se expone en el Casal Solleric. Paralelamente, el jurado se reafirmaba en su veredicto «unánime», y Mateo Maté, el artista supuestamente plagiado, aseguraba a este diario: «No es un plagio, puede que haya influencia, o no, pero en ese caso no es malo, estaría orgulloso».
Este cruce de declaraciones surgió a raíz de que el Ajuntament de Palma encargara «un informe técnico al jurado» [del premio], «para que nos explique las razones de su decisión, tras el run run que circulaba por las redes sociales y en un artículo de prensa» sobre la pieza ganadora, reconocía el concejal Fernando Gilet.
La artista Belén Rodríguez, de 31 años, contaba ayer que lleva ocho residiendo fuera de España y algunos más «ganándome la vida con esto». «Los artistas, y más ahora, pueden coincidir en la resolución de un problema. Pero no todo se puede reducir a que hay una cámara sobre un rail. Trabajamos sobre conceptos muy diferentes», aseguraba Rodríguez, quien lamentaba que «no se han preocupado antes por investigar mi trabajo, mi persona. Se hubieran dado cuenta de que esta obra que inicié en 2006 es consecuencia de otras anteriores y diferente a lo que hago ahora». Mostraba así su decepción: «Es duro. Es la primera vez que me dicen que soy una impostora».
Más «indignada» se manifestó Menene Gras, miembro del jurado y directora de exposiciones de Casa Asia. Gras defendió que «las conexiones entre artistas han existido siempre. ¿O es que por existir Braque, Picasso está fuera de la historia del arte?». «Es un abuso decir que esta chica ha copiado su trabajo [el de Maté]. Yo fui la primera que pude detectar esas conexiones, pero también las hay entre Mateo Maté y Eulàlia Valldosera o Chema Alvargonzález, y nunca nadie ha hecho de eso una polémica». Gras añadió que «he comisariado» a Maté y que «le aprecio y es amigo», quizá por ello se siente segura al afirmar que «la obra de esta chica no tiene nada que ver con el circuito de Mateo».
También Maté reconoció, qui-tando hierro al asunto, que «en estos tiempos» tan globales, «algunas veces alguien puede acceder a mi lenguaje y otras me acerco yo al de otros» y que «yo sí conocía el trabajo de esta chica porque se presentó con la misma pieza a un concurso en el que yo estuve de jurado y allí destacamos la coincidencia, pero no pasó nada más».
Por su parte, el pintor Ñaco Fabré defendió la gestión del jurado del que formaba parte, y apuntóque «la cámara en movimiento generando imágenes» es algo que han hecho otros creadores, citando también a Valldosera, reconocida artista catalana.
El acta que firmaron él, Dieter Ronte y Gras decía que La línea del tiempo, 2006-2009 ganó por «su estructura narrativa y su reflexión sobre la sociedad de la información mediante la representación de los días y las horas. Por reflejar una idea de la historia del tiempo, de la historia de la vida y del mundo cotidiano como un modelo que se traduce en una imagen en movimiento que se registra en tiempo real» y por usar varios lenguajes.