La estampa de ayer en la librería Illa de Llibres de Palma, ubicada en La Misericòrdia, era dramática. Cajas llenas de libros, ni rastro de ningún ejemplar en sus estanterías. El cierre de este rincón literario de Ciutat que gestiona el Gremi d'Editors es ya un hecho. Al otro lado del charco, en Barcelona, la plataforma ciudadana Crits i Renou, compuesta por usuarios del Espai Mallorca, se reunió por segunda vez en tres días para tratar de evitar el cese de la actividad de la entidad y decidió, ayer, solicitar ayuda al Ayuntamiento de la capital catalana, propietario del local que gestionan también los editores baleares.
«No queda más remedio que cerrar la librería», lamentó ayer el editor Francesc Moll, miembro del Gremi de Llibreters, sobre el cierre de Illa de Llibres. ¿Qué pasará ahora con todo el fondo bibliográfico? «Se devolverá a los propietarios, a los proveedores», apuntó Moll.
Por su parte, Miquel Barceló, secretario técnico del Consell, aseguró que «nosotros no podemos hacer nada». «Al Gremi d'Editors se le han pagado todas las partidas pendientes excepto el 50 por ciento de este año 2012», un total de 75.000 euros. Barceló recordó que «pedimos a los editores un plan de viabilidad del Espai Mallorca e Illa de Llibres, pero estaba basado en un modelo de subvención», añadió.
Por otra parte, en la reunión de Barcelona se propuso crear una comisión para solicitar un llamamiento a nivel individual y colectivo con la intención de sumar adhesiones a favor de la supervivencia del proyecto, buscar una solución jurídica y convocar una concentración pública de ocupación del local el 5 de noviembre, día de cierre previsto del Espai Mallorca.
Fórmula
Miembros de Crits i Renou se reunirán en los próximos días con algún representante del consistorio barcelonés para encontrar la fórmula que permita prolongar la vida del Espai Mallorca. «Su importancia demostrada en los últimos quince años es indiscutible, aspectos que trataremos de explicar claramente», declaró Joan Tomàs Martínez, portavoz de Crits i Renou.