Vine aquí que te rebentaré es lo nuevo de Ocults, un título preclaro que deja poco espacio a la imaginación con el que los músicos ponen punto y final a un prolongado silencio editorial. Los de Manacor se adhieren al cartel del Acampallengua 2012, un festival con tintes lúdico-reivindicativos que tendrá lugar en la Plaça Ramon Llull de Manacor el 2 de junio, a partir de las 22.00, donde compartirán escenario con Antonia Font, Eskassos y Rapsodes.
«Hemos vuelto con doce temas inéditos no a vivir del cuento con un 'grandes éxitos'» proclama Toni Nicolau, miembro fundador de la banda, que confiesa que durante estos años «nuestra forma de entender la música ha evolucionado y desde ese punto de vista hemos conseguido evitar lugares por los que ya habíamos pasado». Lo que no cambia es la contundencia de su discurso, de inercia irreductible y siempre en guardia contra las injusticias sociales. « Vine aquí que te rebentaré está lleno de canciones en tono constructivo y optimista, pero no esconde una queja reivindicativa, anima a la gente a salir a la calle y plantar cara a las injusticias. La trayectoria de Ocults siempre ha tenido un condicionante político muy fuerte, en ese sentido nada ha cambiado». Sus palabras se cierran como un puño y golpean, desgastan, en previsión del golpe definitivo: «No podemos perder de vista nuestra situación, vivimos en una parte del planeta con unas características propias y, si queremos ser consecuentes con nosotros mismos, hemos de reconocer en la lengua un rasgo irrenunciable. Un rasgo que de ser por muchos políticos que presumen de pluralidad sería aniquilado, así como todas las lenguas del país que no sean el castellano». Directo al mentón, confirmando que un evento como el Acampallengua se antoja el marco idóneo para una banda caracterizada por su militancia en la causa unionista de los Països Catalans. «Nos sentimos muy contentos de poder participar en esta edición, que además se celebrará en nuestra población, queda claro que nuestras canciones y la actual coyuntura social encajan como anillo al dedo», concluye, dando fe a una realidad incontestable: el actual clima político dará pie a una de las ediciones más reivindicativas y multitudinarias del Acampallengua, en la que se prevé que el público descargue, pacíficamente, su frustración contra las instituciones.