El Consell ha sacado de la Ponència Tècnica de Patrimoni a ARCA (Associació per la Revitalització dels Centres Antics) y al Grup d'Estudis de les Fortificacions de Balears (GEFB), tras la modificación del reglamento que determina la composición de este órgano, que ayer celebró su primera reunión después de más de tres meses.
Ninguna de las dos asociaciones que velan por la protección de patrimonio tenían conocimiento de esta decisión, que pasa por reducir de tres a dos el número de entidades.
Así, el Consell ha decidido «dar entrada a la Reial Acadèmia de Belles Arts de Sant Sebastià, una entidad con prestigio e historia que no ha tenido tanta presencia», explicó ayer el secretario técnico de Cultura, Miquel Barceló, y dar continuidad a la Societat Arqueológica Lul·liana.
ARCA mostró ayer su «indignación» y exigió «una rectificación» respecto a esta decisión «injusta» tomada a nuestra espalda». De la misma opinión es Ángel Aparicio, presidente del GEFB, quien no conocía ayer la noticia. «Me estoy enterando ahora. Nadie nos ha comunicado nada. Nos adherimos a la queja de ARCA y no sólo porque nos hayan excluido de la Ponència, sino porque ni nos han informado. Me parece una grosería y una falta de respeto y formalidad». Aparicio confirmó que, de hecho, no fueron convocados a la reunión celebrada ayer en la que, entre otros asuntos, se echó atrás la declaración como Bien de Interés Cultural de la finca de sa Bassa Blanca de la Fundación Yannick y Ben Jakober.
Miquel Barceló reconoció el error de la institución «al no llegar a tiempo de informarles», recordó que formar parte de la Ponència de Patrimoni «no es un derecho» y aseguró que esta decisión «no signigica que [ARCA y GEFB] no puedan aconsejarnos».
Respecto a sa Bassa Blanca, Barceló explicó que «ha habido disparidad de criterios sobre el alcance de la declaración», que se estudiarán «otros criterios», y como «el expediente puede caducar en breve, en función de la urgencia, puede que decida la Comissió [política]».