Diplomático chileno en París y escritor de vocación, Jorge Edwards (Chile, 1931) se acercó este fin de semana a Formentor para participar en las Converses Literàries. Su último libro, una novela histórica bajo el título La muerte de Montaigne, rescata el eterno debate entre los límites entre la realidad y la ficción. El Premio Cervantes de 1999 participa hoy en la tertulia titulada Imaginación, vida y recuerdo.
-¿Qué tiene más peso en su último libro, la realidad o la ficción?
-Es un tema de debate interesante, pero no nuevo. La libertad del novelista consiste en pasearse entre la realidad y la ficción, y es una de las cosas mas divertidas. De lo contrario sería muy aburrido escribir novelas.
-¿Cómo ha influido su carrera de diplomático en su literatura?
-A veces me divierto y otras me aburro mucho con los trabajos de un embajador, muy complejos. La diplomacia se formó en Europa durante el Renacimiento por lo que el diplomático tiene que saber de todo, como un hombre universal, como eran aquellos hombres del Renacimiento.
-De hecho, coincidió en París con Pablo Neruda. ¿Hablaban más de literatura o de diplomacia?
-Hablábamos de política, de Cuba, de China, de la Unión Soviética, de Chile, de Francia, de España, de Franco, de la República... El vino le gustaba mucho, y el whisky. Le gustaba en vasos bajos, de etiqueta negra de Johnny Walker, con poco hielo y una gota de agua mineral. De ahí surgió mi crónica El whisky de los poetas.
-¿Marcó su exilio de Chile su concepto estético de la literatura?
-Estuve solo, pero muy bien acompañado. Era amigo de Vargas Llosa, Octavio Paz, Jaime Gil de Biedma... Fue una soledad bien acompañada y que me hizo escribir mucho. Con la escritura se compensan todas las perrerías que uno sufre.
-¿Sigue siendo París la cuna de la literatura latinoamericana?
-París siempre será París, con sus grandes exposiciones, cine que llega de todo el mundo... Pero los días de La Sorbona ya terminaron.
-¿Cuál será su siguiente paso?
-Estoy escribiendo mis memorias y estoy terminando la primera parte, ya que constará de tres. La primera se titulará Los círculos morados. Cuando era joven e iba con mis amigos a beber vino, era tan malo que salíamos del bar con un circulo morado en la boca...