El director de cine Agustí Villaronga recibió ayer el Premio Nacional de Cinematografía en San Sebastián durante un acto en el que la ministra de Cultura, Àngeles González-Sinde, agradeció al mallorquín el compromiso político de su cine, siempre «cargado de advertencias».
El museo donostiarra de San Telmo, coincidiendo con la celebración del 59 Festival de Cine de San Sebastián, acogió la entrega del galardón a un emocionado Villaronga. Sinde destacó «las vueltas que da la vida» para que un realizador como él, considerado «de culto», reciba este premio. «Si me hubieran dicho hace unos años que iba a recibir un premio de este calibre, hubiera pensado que era ciencia ficción», dijo el realizador, mientras González-Sinde aseguraba que el galardón «era inevitable».
Villaronga, «desde luego, es político, sus películas siempre han estado cargadas de advertencias», comentó la ministra, para quien el cineasta ha pasado de ser un hacedor de «cine de culto -lo que se lleva con resignación, porque uno en casa siempre piensa que cuanta más gente vea tu cine, mejor», aseguró- a dejar de serlo. «Ya no lo es, no es para conocedores exquisitos, admirado sólo por sus compañeros del gremio, sino que le quieren miles de espectadores», resumió González-Sinde.
Por su parte, Villaronga recordó que fue en el pasado festival de San Sebastián donde presentó Pa negre y donde «se abrió una cajita de sorpresas que no ha dado muchas alegrías y cosas buenas». «Quizás aquí se cierra un ciclo -aventuraba el director, cuya película podría ser seleccionada para representar a España en los Oscar- y sólo queda dar las gracias». Y Villaronga ha agradecido al jurado, a sus compañeros y también «a los medios de comunicación, pero concretamente a los periodistas», el apoyo que la prensa da a las pequeñas películas «que tienen poca promoción y distribución y que ellos hacen que existan», sostuvo antes de recibir una gran ovación.