La actriz Aina Frau (Palma, 1944) no ha parado de trabajar desde que hace cuarenta años se marchase a Madrid. A lo largo de estas cuatro décadas de teatro, televisión y cine, la veterana intérprete se ha codeado con lo mejor de cada casa; nombres como Núria Espert o Lluís Pasqual figuran en su currículo. A pesar de que el drama siempre ha sido su fuerte, Frau lleva dos temporadas -y ya ha firmado por una tercera- en el Teatro Príncipe de Madrid con Toc Toc -siglas de la enfermedad de trastorno obsesivo-compulsivo-, obra con la que debuta en la comedia y que se podrá ver en el Trui Teatre de Palma los días 14, 15, 16 y 17 de este mes.
-¿Qué es 'Toc Toc'?
-Son las siglas de trastorno obsesivo-compulsivo, problemas y manías cotidianas de la gente, como pensar contínuamente que te has dejado el gas encendido, llevado al extremo. La obra cuenta la historia de seis personas con este problema que se encuentran en la sala de espera de un psiquiatra.
-¿Cuál es el 'toc' de su personaje?
-Mi personaje es una mujer que nada más salir de casa empieza a pensar que se ha dejado la luz encendida, el grifo abierto o, como dije antes, el gas encendido. Es una situación muy divertida, ¡pero para el que la sufre debe ser terrible! Hay casos peores. Uno de los personajes se pasa todo el día diciendo tacos; otro no se calla ni un instante, y uno repite las cosas una y otra vez. Son muchos colores diferentes que terminan encajando.
-Con esta obra debuta en la comedia. ¿Cómo ha sido la transición del drama al humor?
-Es el mismo trabajo pero encaminado de otra forma. En los dos casos es necesario vivir el personaje, sólo que en la comedia tiene que hacer gracia y provocar risas. Tienes que vivirlo y siempre desde la verdad. Es muy bonito hacer comedia.
-En septiembre comenzará una tercera temporada de 'Toc Toc' en Madrid. ¿Ha aparcado el drama?
-No creo en el encasillamiento, eso es más cosa de directores. Yo creo que se pueden compaginar las dos cosas. Los actores tenemos que ser capaces de compaginar ambos géneros. ¿Por qué no? Ahora estoy muy satisfecha con esta etapa.
-¿Qué es lo más duro de la comedia?
-Es un trabajo muy duro pero se disfruta mucho. Cuando ves la respuesta del público, que no deja de reír desde el primer minuto hasta el último, te crea una sensación increíble de satisfacción, aunque creo que si la gente no respondiese sería un poco extraño. No ha sido el caso de Toc Toc.
-¿Tenía ganas de volver actuar en su tierra?
-Es una ilusión inmensa poder representar Toc Toc en Palma. A mí me encantaría quedarme, pero yo trabajo por mi cuenta, y si en Madrid me proponen proyectos, allí estaré.
-¿Es necesario marcharse de la Isla para trabajar cómodamente en el teatro?
-En la Isla, para vivir del teatro es necesario trabajar en muchos montajes porque su recorrido es muy corto, no se hacen largas temporadas como en Madrid o Barcelona, aunque tener un nombre tampoco te garantiza el trabajo. En Mallorca hay muy buenos actores, que están asentados y tienen trabajo. La suerte es encontrarlo.
-En los últimos años se está viendo una transición del cine a la televisión por parte de los intérpretes. ¿A qué cree que se debe?
-Los actores se están pasando a la televisión porque no se hace cine. El mundo del cine está en crisis, lo que hace que muchos intérpretes se muden a otro medio, ya sea la televisión o el teatro. En el caso del teatro, cada función es única y sólo se puede disfrutar yendo al teatro. No hay más.
-Usted también tiene experiencia en la pequeña pantalla. ¿Cuáles han sido sus últimas intervenciones?
-Participé en Laberint de passions, de esta casa. Y hace poco también tuve un papel episódico en la serie Bandolera. Interpretaba a una monja con muchos secretos (risas).