El pleno de la Real Academia de la Historia respaldó ayer el que algunas de las entradas del Diccionario Biográfico Español admiten un «planteamiento historiográfico» distinto que debe ser incorporado «con la mayor celeridad posible».
«Como toda obra histórica, el Diccionario está abierto a la crítica, a su consideración rigurosa y a los enriquecimientos y cambios que procedan», se afirma en el comunicado, y se añade que para preparar la edición digital se ha decidido crear una «comisión permanente con objeto de fijar los procedimientos de mejora y revisión según proceda». La entidad señala que en la obra se optó por la «libertad intelectual y de responsabilidad de los autores, así como por un pluralismo que recogiera distintas sensibilidades historiográficas».
Colaboradores mallorquines del Diccionario opinan que la Academia debería «rectificar» en papel, no sólo en Internet, las biografías polémicas, especialmente la de Franco, en la que se obvia que fue un dictador. Ésta fue redactada por el historiador medievalista Luis Suárez, presidente de la Hermandad del Valle de los Caídos.
Josep Amengual, académico correspondiente de la institución y especialista en Historia Antigua, fue categórico: «Pueden cambiar el fascículo y rehacer el tomo [en el que sale la biografía de Franco]». Amengual recuerda que la Academia dispuso de 6,5 millones de euros de dinero público para hacer el trabajo, que comenzó hace más de una década, por lo que supone que dispone de medios. «¿Dónde han ido los millones que les dieron?». Según Amengual, las entradas conflictivas de personajes contemporáneos deben ser «revisadas por un comité científico de historiadores contemporáneos»
Para este colaborador del Diccionario , que redactó biografías de baleares de distintos siglos, «se me ha ido muy abajo el prestigio intelectual de la Academia, pensaba que era más representativa de la pluralidad del país». Además, mantiene su anunciada postura de que protestará «personalmente» ante la Academia.
Otro historiador, Josep Massot, a quien la Academia encargó biografías de monjes de Monserrat, es pesimista, insiste en que «debería haberse hecho bien desde el principio» y que «estaría bien que, de momento, lo rectificarán en la edición digital», que no se colgará hasta 2012, cuando finalice la de papel. Para Massot, quien con Amengual ya declaró su disgusto el pasado miércoles en Ultima Hora, como la Academia ha dicho que respeta a los autores, «las cuestiones de concepto las mantendrán» y «como muchos de los autores [polémicos] son académicos, [los errores] no los van a cambiar». Puesto que la obra se ha hecho con dinero público, Massot cree que lo sucedido es «más grave». Al haber elegido a Luis Suárez para escribir la biografía de Franco «se han equivocado expresamente, ya que todo el mundo sabe quién es».
Por su parte, Pau Cateura, catedrático de Historia Medieval de la UIB, a quien la Academia pidió biografías sobre los reyes de Mallorca, de Sicilia y personajes de la Conquesta , dice: «¿No habrá una segunda edición, pues ese puede ser el momento para que desaparezcan [las biografías polémicas]» y coincide con sus colegas en que, «se deberían haber revisado las susceptibles» de generar problemas, así como en que los personajes contemporáneos tendrían que haberlos escrito «contemporanistas».