Para cualquier aficionado al pop de los 80, el nombre de Lloyd Cole es el de un santo pagano que uno invoca cuando se trata de sanar corazones rotos. Primero al frente de The Commotions, cuyo Rattlesnakes (1984) todavía permanece como una de las mayores obras del jangle pop, y desde finales de los 80 en solitario, ha dado forma a un cancionero que por su incomparable sensibilidad merece ser citado junto al de los Cohen y Reed. Hoy, a las 21.00, actuará en el Teatre Principal.
Lloyd Cole visitará por primera vez la isla junto a su Small Ensemble para presentar Broken Records (Tapete, 2010), en el que ha vuelto a grabar acompañado después de años de esmerada y productiva soledad en el estudio.
«La inspiración no es algo fácil de predecir», comenta Cole. «A veces tengo la sensación de que cuentas más llevo compuestas [canciones] menos comprendo cómo funciona el proceso. Ya tengo unas cuantas ideas para el siguiente disco, pero todavía es pronto para hablar de qué tipo de álbum puede ser. Broken Record ha funcionado muy bien y después de haber trabajado de nuevo con banda lo que sí tengo claro es que no me apetece volver a grabar solo. Será con banda, pero no tengo todavía decidido qué tipo de banda». En su gira europea, cuya única parada en España es Palma, le acompañan a la mandolina Mark Schwaber y Matt Cullen al banjo, y alguna pista pregrabada. Una formación que resalta el tono intimista de unas canciones que uno diría compuestas a lo largo del mismo otoño. «Siempre ha sido un misterio para mí la procedencia de las canciones. A veces es un poema o algo que leo, a veces un encuentro, pero intento no pensar demasiado en ello. Quizás el día que entienda el funcionamiento deje de ser importante seguir escribiendo canciones».
Su musa le da para embarcarse en proyectos como el que comparte con el alemán Hans-Joachim Roedelius, una de las figuras de la música experimental contemporánea, con quien prepara álbum conjunto.