Un año después de anunciar su retirada, Moncho Borrajo vuelve a los escenarios con motivo de las galas benéficas a favor de los niños con problemas físicos y psicológicos que apadrina. Íntimo es el vibrante show que presentará en el Trui Teatre de Palma el próximo 11 de febrero. Es el suyo un humor absurdo y lógico al mismo tiempo; un humor transido de crítica y veneno, siempre sorprendente y arriesgado, que se presta a esa ternura fácil inspirada por los desheredados, los chorizos o el político de manga ancha.
-¿Qué tipo de proyectos acomete la fundación que lleva su nombre?
-Nos ocupamos de las necesidades de los niños con problemas físicos y psicológicos de la provincia de Ourense, desde las patologías más complejas de los niños superdotados hasta otros problemas de índole menor.
-¿Que línea de scketch sigue su espectáculo Intimo?
-Aparezco junto a tres pantallas que van proyectando diferentes imágenes y las voy comentando, también recupero algunos monólogos antiguos. Eso sí, Íntimo deja un poco de lado el chiste político.
-Su frase «Antes de que vengan a por mí me voy yo» contradice mi idea de que usted moriría con las botas puestas
-Me retiré del escenario para cuidar de mi padre enfermo, en su momento no lo anuncié públicamente porque a él no le hubiera hecho ninguna gracia, sin embargo, tras su reciente fallecimiento, te adelanto que a finales de este año volveré a los escenarios, aunque me lo tomaré con calma.
-Su tilde cómica siempre me recordó el cinismo cabal de Groucho Marx...
-Groucho es único, me inspira su afilado cinismo contra la alta sociedad, así como de Chaplin la ternura deformada que ejerce de contrapunto en mi sentido del humor.
-Como apolítico, ¿no cree que quien no es de izquierdas en la juventud, no tiene corazón, y quien no es de derechas en la madurez, no tiene cabeza?
-Lo que no es plausible es tener dieciocho años y militar en la derecha. Tradicionalmente, la izquierda va unida a la revolución, la juventud y la utopía. Entiendo la evolución, no el cambio de chaqueta.
MONCHO BORRAJO. 11 de febrero, 21.30 horas, Trui Teatre, Palma. 25€.