Nadie ha quedado contento con el acuerdo entre PP, CIU y PSOE para sacar adelante la 'ley Sinde', que ha generado un problema colateral, la anunciada dimisión de Àlex de la Iglesia como presidente de la Academia del Cine.
El resto de partidos dice que a ley da «gato por liebre» a creadores e internautas; los primeros, que «debe ser mejorada» porque presenta «carencias» a la hora de atajar «conductas vulneradoras» y los segundos piden la dimisión de la ministra en le Red.
Aunque está claro que había que poner coto a la piratería y, al mismo tiempo, respetar la libre circulación de información, el debate generado y la propia ley no tocan cuestiones cruciales, como el papel de las operadoras de telefonía, «que son las que hacen el negocio», como dice Pedro Barbadillo, cineasta y director de la Mallorca Film Comission, quien, a modo de metáfora, señala que usa «la brocha gorda» cuando tenía que utilizar «un pincel fino». El gran «debate de fondo», que «aún no se ha abordado», es que Internet ha generado «nuevas formas de intercambios culturales» porque, por ejemplo, «¿hasta qué punto toda descarga es en todos los casos un robo?», reflexiona.
El productor musical Miquel Àngel Sancho, de Blau Produccions, remarca el importante papel de las operadoras de Internet. «Con los pactos ha quedado una ley todavía más descafeinada. Además, no se habla de las operadoras. Queremos que se hable de este otro apartado, porque son la que tienen la sartén por el mango», explica.
A pesar de todo, Sancho califica como «positivo» que «la Administración se ha dado cuenta de que algo falla».
Por su parte, el cineasta Joan Carles Martorell tilda de «despropósito» al proyecto de ley de la ministra de Cultura. «Siempre se habla de los creadores como si fuesen un bloque unitario y homogéneo, y eso es mentira, no es verdad», apunta el realizador, quien comenta: «En España hay muchos creadores, hay mucha gente trabajando en la cultura que están en completo desacuerdo con la ley Sinde».
Pero no todas las opiniones van en contra de la discutida ley. «Es absolutamente indispensable que se regule. Es un despropósito integral. Se está atentando por una parte, la creatividad, y por otra, su camino por el comercio. Es indispensable que este problema de la piratería se regule de una vez por todas».
A favor o en contra, nada ni nadie podrá evitar que el próximo 9 de febrero se ponga en marcha esta «impopular» ley, como dijo ayer De la Iglesia.