Los versos de Miguel Hernández, que ayer hubiera cumplido cien años, resonaron durante doce horas seguidas en el emotivo homenaje que se le rindió en la sede del Instituto Cervantes, en el que participaron actores de cine y de teatro, escritores y familiares del poeta del pueblo.
Pilar Bardem, Jorge Bosso, Luis Eduardo Aute, Marcos Ana, Héctor Alterio, Juan Diego Botto, Charo López, Juan Y Medio, Emilio Gutiérrez Caba y José Coronado fueron algunos de los que leyeron poemas del poeta cabrero, símbolo de la República y víctima de la Guerra Civil, en un acto que finalizó a medianoche.
La lectura pretendía ser «una celebración de la vida», pero muerte y vida son inseparables con frecuencia y, a pocos metros de donde se leían los poemas de Miguel Hernández, tenía lugar el homenaje al histórico sindicalista Marcelino Camacho, fallecido en la madrugada del viernes, y su figura fue también recordada con emoción por algunos participantes.
La emoción en el homenaje a Hernández estaba asegurada, dado que nadie como los actores para transmitir los sentimientos que el poeta de Orihuela quería contagiar con sus versos. Lo pudieron comprobar los asistentes que llenaban el salón de actos del Cervantes al escuchar una audición de la La Elegía, en la voz grabada del fallecido Paco Rabal, quebrada y rota al llegar el famoso verso final, «compañero del alma, compañero».