El público se rindió anoche a la música operística de Andrea Bocelli, que dejó constancia de que se encuentra en plena forma vocal. Desde el comienzo del concierto del tenor italiano, se sucedieron una serie de momentos cumbres en los que los espectadores respondieron con una gran ovación y aplausos interminables.
Eran las 19.45 horas cuando la Orquestra Simfònica de Balears Ciutat Palma estrenaba el gran escenario habilitado para este espectáculo único en Mallorca. La Coral Universitaria de les Illes Balears entonaba los primeros acordes de Gli arredi festivi del Nabucco de Verdi. Son Moix dejaba de lado su vertiente deportivas para zambullirse de lleno en la lírica de la mano de Andrea Bocelli, quien salió acompañado por el director Marcello Rota. Vestido completamento de blanco impoluto, el tenor estremecía a los presentes con Intanto, amici quà de Cavalleria rusticana de Mascagni acompañado por la Coral de la UIB.
Tras los aplausos de bienvenida, Bocelli cantó La donna e' mobile del Rigoletto de Verdi. A continuación, la soprano madrileña Saioa Hernández, muy elegante con un vestido negro, inundaba el escenario con su voz que entonaba la ópera Tosca. No sería la única artista invitada. La formación vocal Div4s apareció cantando La Habanera de la obra Carmen de Bizet. El plato fuerte de la noche llegaría de la mano de la ganadora de un Grammy, la norteamericana Heather Headley, que cantó con Bocelli Canto dellla terra de Vivere de Sartori. Sus dos voces se fundieron en una para acabar de conquistar a los presentes. Tras el Bésame mucho de Velasquez, que Bocelli cantó sólo, llegó The Prayer, otro espectacular dueto con Heather Headley. Tras la ovación y los aplausos, llegaron más aplausos y ovaciones, que continuarían con los siguientes temas Con te partirò de la Romanza de Quarantotto y Nessun Dorma, que fueron los bises del concierto del verano.
Las canciones que los espectadores sintieron más cercanas fueron Aranjuez con tu amor, de Rodrigo, y Granada, de Lara. Dos temas interpretados íntegramente en español.
Las canciones estuvieron acompañadas en todo momento por imágenes de las óperas a las que pertenecen que se plasmaban en la pantalla trasera. Tanto el montaje como la calidad musical de Bocelli y los artistas que le acompañaron hicieron de esta cita una oportunidad única para aprender a amar la lírica.