Joan Miquel Oliver es la expresión musical mallorquina más universal gracias a su formación, Antònia Font, de la que se tomó un respiro hace un par de años para lucirse en solitario. Ahora, ha decidido poner punto y Final feliç a una trayectoria que le ha consagrado como solista.
Hoy, a las 22.00 horas en el Castell de Bellver y precedido por Jaume Sisa, ofrecerá temas de sus dos álbumes: Surfistes en càmera lenta y Bombón mallorquín.
Ya no quedan olas para hacer surf ni en cámara lenta ni en cámara rápida. El calor de agosto ha derretido el Bombón mallorquín y todos los Polos que le acompañan (de Menta y de Llimona). Aunque a Oliver se le haya parado el Reloj y deje de jugar a Lego, no se ha quedado sin existencias en la despensa sino que el tiempo que necesita para el grupo que le ha consolidado es ahora su principal prioridad. Tiempo que, además de para componer los temas del próximo disco de Antònia Font, también dedicará para acabar de pulir su segunda obra literaria tras El misteri de l'amor.
El cantante dice que «la idea es publicar el nuevo disco en 2011 junto a una novela que hablará de la historia del siglo XX a través de mi familia