Cabrit y Bassa, fieles guardianes del Castell d'Alaró, volvieron a demostrar ayer que nunca han abandonado la fortificación que con tanto ímpetu defendieron durante el siglo XIII, según las creencias de los mallorquines. En una visita al oratorio del castillo para trasladar dos pinturas del retablo de la Mare de Déu del Refugi, los técnicos del taller de restauración del Bisbat descubrieron que justo debajo se escondían dos tablas policromadas de Cabrit y Bassa, que podrían ser los originales de dicho retablo datado en 1622.
Mercè Gambús, profesora de Historia del Arte de la UIB y directora del Grupo de Conservación del Patrimonio Artístico Religioso, recordó que el hallazgo aún es muy reciente y que, «con rigor, sólo podemos afirmar que hemos localizado estas dos tablas» y que estas primeras impresiones «tienen que confirmarse». Asimismo, Gambús reconoció que «ya teníamos sospechas» que, debajo de los óleos sobre tela que hasta ahora cubrían el retablo, se encontraban los originales. De hecho, en la parte superior del espacio aparece un óleo sobre madera que representa San José con Jesús, es decir, una imagen pintada con la misma técnica que aparentemente se utilizó para dibujar los Cabrit y Bassa que ayer se descubrieron.
Mal estado
Gambús también aclaró que las piezas se encuentran en «muy mal estado de conservación», lo que «dificultará la reconstrucción temática de la obra y la datación histórico-artística».
Por su parte, el presidente de la Fundació Castell d'Alaró, Mateu Marcús, transmitió ayer «la suerte que hemos tenido de encontrar los originales en el retablo del oratorio del Castell». De hecho, Marcús comentó que «teníamos que retirar las dos pinturas para realizar una pequeña intervención de restauración y incluirlas en una exposición sobre los dos personajes, organizada por el colectivo Al-rum para las fiestas de Sant Roc de agosto».