En su nuevo disco se presenta Desafiando la gravedad. Ayer Chenoa firmó ejemplares de este álbum en Porto Pi y desafió algo más: rebatió el tópico que dice que nadie es profeta en su tierra, y el que dice que la cantante mallorquina tiene poco de 'cercana'.
Nada de eso. La artista atendió con simpatía y sin ahorrar ni besos ni abrazos a los seguidores que formaron largas colas para verla. A las 18.00 horas ya había casi 200 personas en línea, entre ellos Margalida Nicolau, una «forofa» de 65 años que llevaba esperando «desde las dos. ¡Las piernas no me sostienen más!». Muchos, como Laura, Toñi y Cris, reclamaron a Chenoa «un concierto aquí. Nos ha dicho que vendrá y lo pasaremos pipa», afirmaban. Un grupo de jóvenes, vestidos con camisetas 'caseras', explicaban que se conocieron a base de coincidir en actos de Chenoa. La cantante, que se unió al público para entonar fragmentos de algunas canciones, atrajo también a muchas familias: «Me gusta desde los tres años», decía Cristina, que ahora tiene nueve. Su madre y dos amigas más iban, al igual que ella, uniformadas: todas con una camiseta de la artista. Su espera tuvo premio: dos CD, dos camisetas y dos DVD firmados.