En el convento de las caputxines de Palma se cumplen las tradiciones y la congregación las celebra con todos los mallorquines mostrando su patrimonio histórico. Una de ellas es la fiesta de la Mare de Déu Morta, que en el monasterio mantienen viva con una exposición que se puede visitar desde hoy al próximo día 21 y que está dedicada a la influencia del pintor flamenco Rubens (1577 - 1640) en el arte mallorquín.
En las salas de exposición del monasterio se trabajaba ayer a buen ritmo en el montaje del gran Llit de l'avantcor, del siglo XVIII, «el más notable» de la colección del convento, según explicaron los comisarios Aina Pascual y Jaume Llabrés. El lecho de madera policromada sobre el que descansa la Virgen fue restaurado este año con una subvención del Consell. En el conjunto también incluye los preceptivos ángeles músicos, obra del taller del Mestre de les Verges Rosses, piezas «excepcionales» en barro cocido y policromado datadas en 1770.
En la denominada Sala del Mar Vermell también se muestra la Mare de Déu Morta de las Fundadoras, sor Clara María Ponce de León y sor Dionísia Bernarda Gómez, y una escena de la muerte del patriarca San José. Del fondo del convento también es el Llitet d'estil Carles IV, un mueble en miniatura de estilo neoclásico. La exposición se completa con otras piezas: paneles de las fotografías realizadas por Jeroni Tous en la década de los años cincuenta del pasado siglo sobre la evolución de los llits en las iglesias de Mallorca; un lienzo anónimo del XVII sobre la Asunción de la Virgen y un grabado a buril de Schelte A. Bolswert (1586 - 1659) ambos inspirados en la pintura de Rubens. La muestra estará abierta con dos horarios: por las mañanas, del 15 al 20, de 10.00 a 13.00 y por las tardes, del 12 al 21, de 18.00 a 21.00 horas. Entrada gratis.
Por otra parte, en el convento se celebró ayer a la patrona de la orden, Santa Clara.