Será esta mañana cuando, finalmente, se conozca si las candidaturas presentadas por Balears, la Serra de Tramuntana y el Cant de la Sibil·la, han sido las más votadas por los miembros del Consejo Nacional de Patrimonio Histórico "reunido desde ayer en Palma" para ser presentadas por el Estado ante la UNESCO y optar al título de Patrimonio Mundial y Patrimonio Inmaterial Cultural de la Humanidad, respectivamente.
Al margen de ello, el presidente de dicho órgano, el director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, José Jiménez, comparecerá para exponer, además, las conclusiones del encuentro, que inauguró ayer en la sala gótica del Palau de l'Almudaina la consellera d'Educació i Cultura, Bàrbara Galmés. En sus palabras de bienvenida a los representantes del Ministerio de Cultura, de las comunidades autónomas y de las ciudades de Ceuta y Melilla, Galmés destacó la importancia del debate y análisis del Libro Verde del Plan Nacional de Protección del Patrimonio Cultural Subacuático Español para «que se convierta en la hoja de ruta» en «la salvaguarda, conservación y difusión de los tesoros arqueológicos sumergidos en las costas del territorio español», especialmente en Balears, subrayó la consellera, donde la arqueología subacuática ha sido «un área históricamente desatendida».
Es la tercera ocasión en que dicho encuentro, cuya finalidad es la comunicación e intercambio de programas de actuación e información relativos al Patrimonio Cultural entre las administraciones del Estado y las comunidades autónomas, se celebra en Palma. En 2004, según recordó ayer Galmés, se aprobaron los criterios de las actuaciones del 1 por ciento cultural.
La primera jornada del consejo continuó por la tarde con una visita a la Serra de Tramuntana, candidatura que compite con el Parque Nacional de Monfragüe para formar parte de la lista de Patrimonio Mundial.
Esta misma mañana, la consellera insular de Cultura i Patrimoni, Joana Lluïsa Mascaró, defenderá ante el Consejo de Patrimonio el Cant de la Sibil·la como Patrimonio Inmaterial argumentando su universalidad, dado sus orígenes; sus valores histórico, simbólico y local, al conservarse sólo en estos territorios y habiéndose convertido en una manifestación cultural.