JOAN CABOT
En los estudios Southern Tracks de Atlanta han grabado Bruce Springsteen, R.E.M, Elton John y, lo más importante, Pearl Jam, uno de los héroes personales de Luis Alberto Segura, que, además de músico, es mitómano. «Un par de semanas antes habían estado grabando allí y todavía había cosas suyas», explica. Heavenly Hell, el nuevo álbum de L.A. que publicará Universal el próximo octubre, fue masterizado en Atlanta por Nick DiDia, mano derecha de Brendan O'Brian en la grabación de algunos de los álbumes más importantes del rock de los 90. «Es como estar en Disneylandia», dice Segura.
Es el mejor resumen de todo lo que ha sucedido en el último año en al vida del músico mallorquín. Desde que Carlos Mariño, de la agencia de management Spanish Bombs, se enamoró de su música y decidió apostar por él, las buenas noticias se han ido sucediendo a velocidad de vértigo. «Desde el principio se entusiasmó. Organizó un showcase en Madrid para sellos y el efecto rebasó toda expectativa. Un montón de sellos se interesaron y elegimos la mejor opción». Este verano actuará en el Festival Internacional de Benicàssim (FIB), pero el gran salto vendrá en octubre. Cuando el disco esté en la calle puede pasar cualquier cosa.
-¿Cómo ha sido el trabajo con Nick DiDia?
-La implicación ha sido total. Es un estudio muy caro en el que no podríamos haber entrado si no hubiese sido porque el dueño escuchó lo que hacíamos y quiso que fuéramos allí. Nick DiDia ha grabado guitarras, se ha involucrado mucho y disfrutado. Le encantaban las canciones.
-Tres años trabajando en Heavenly Hell es mucho tiempo comparado con el que solía invertir antes.. ¿Cuántos discos ha compuesto desde entonces?
-Ya tengo el siguiente listo y ensayado con la banda. Si mañana me lo pidieran podría entrar en el estudio. Pero consciente o inconscientemente he estado guardando parte de las canciones del álbum, que no hemos tocado mucho en directo. Yo, que he escuchado el disco hasta el aburrimiento durante estos tres años, he vuelto de Atlanta con algo totalmente nuevo. También a Toni Noguera, el productor, y a la banda les ha encantado. Y eso que lo hemos escuchado cada día durante estos tres años.
-Ha pasado de la autoedición y producciones semi caseras a fichar por Universal y mezclar el disco en uno de los mejores estudios del mundo. ¿Le da miedo haber perdido algo por el camino?
-Creo que no. Simplemente hemos recorrido un trecho muy grande del mismo sendero. La esencia sigue siendo la misma, las mismas canciones pero desde otra perspectiva. Le hemos dado mil vueltas a los temas, algo que no hacíamos antes porque no tenía otra intención que documentar lo que iba haciendo. Sí que son canciones mucho más estudiadas, un disco más redondo, pero la esencia es la misma.
-¿No ha sentido vértigo en ningún momento? Con todo lo que ha sucedido, ¿ha tenido tiempo de asimilarlo?
-Al principio sí. Cuando entras en el despacho de una multinacional y te sientas delante del presidente del sello para firmar el contrato... impone respeto. Hemos firmado por cinco años y tres discos, los próximos años de mi vida. Pero tanto ellos como yo somos muy conscientes de que no soy Pitingo ni Bustamante. Pero yo no soy indi. A mí no me da miedo que mi música suene en los 40 Principales o que pongan una canción mía en un anuncio de compresas. Soy muy consciente de qué música hago y de lo que me gusta y sé lo que puedo hacer. Supongo que me encontraré en la tesitura de decidir si debo o no debo hacer algo y quizás la cague. Yo lo que quiero es hacer música y ahora la podré hacer en las mejores condiciones que podría imaginar.