MARIANA DÍAZ
Con la segunda Revetla, la de esta noche, que pone en marcha el Ajuntament que preside Aina Calvo, el poder municipal ya ha dejado claro que lo suyo es la falta de imaginación: ningún grupo internacional, sólo una estrella nacional, inclusión del concierto de los 40 Principales en el cartel para abaratar costes, -con lo que se cuenta con una jornada menos de música-, y mucho grupo local para ídem. Tampoco queda muy claro si este programa responde a la presión de la crisis económica, -resultaría muy fácil achacárselo-, o a que Cort busca rebajar el nivel del acto masivo de las fiestas patronales de Palma a una escala de mínimos. De momento, tal como se han programado las revetlas de 2008 y 2009, no parece que puedan ser incluidas como reclamo en la promoción lúdico-cultural de Ciutat en las ferias turísticas.
La de 2009 es, de nuevo, una Revetla en la que el equipo de gobierno continúa dando tumbos y demostrando a los palmesanos que, en cuanto a las fiestas del patrón, no sabe lo que quiere. La noche del 19 se va despersonalizando y, con ello, perdiendo vigor y carácter. Si acaso, la de este año es mucho más comercial y con mucha menos calidad que ninguna otra de la última década.
¿Éste es el resultado de la participación ciudadana y del Pla Director de Festes que ha impulsado Eberhard Grosske, teniente de alcalde del ramo? Pues no ha dado en el clavo.
Asociaciones de jóvenes y entidades ciudadanas han renunciado a divertirse con la propuesta municipal y llevan toda la semana reivindicando unas fiestas alternativas en la Plaça dels Patins, en plan disidencia constructiva. Rechazan la faceta más comercial, que es lo que, en el fondo, parece desear Grosske, aunque no se atreva a manifestarlo.
La autodenominada Coordinadora de Festes Populars propone un combinado de tradición, cultura y diversión, lo que, al menos, es una línea de actuación definida, algo que le falta al equipo de Calvo.
Por otro lado, Joves de Mallorca per la Llengua ha «conseguido que la música en catalán esté presente en todas las plazas», explicaron en un comunicado.
En la citada asociación se sienten satisfechos por haber alcanzado aquello por lo que llevaban años luchando, romper el gueto. Grosske ha contentado a un amplio sector de usuarios de la fiesta, lo que le honra. Lo que no le ha quedado tan lucido es esa mezcla imposible de Rosario y Grollers de Sa Factoria en la misma plaza, y peor si ha sido por cumplir cuota.