CELIA HEREDIA
Cuatro lienzos de los artistas mallorquines Juli Ramis (Palma, 1910-1990), Antoni Ribas (Palma, 1845-1911), Llorenç Cerdà (Pollença, 1872 - Palma, 1955) y Joan Fuster (Palma, 1870-1943) se subastaron el miércoles en la sala Balcli´s de Barcelona. Entre las piezas subastadas también se encontraba un retrato que Picasso realizó a su hermana Lola a finales de 1899.
La pintura Bahía de Palma (óleo sobre lienzo, que mide 43 x 59 centímetros), de Llorenç Cerdà salió a subasta por 7.500 euros y se vendió por 18.000. Considerado como uno de los pintores más valorados y más sensibles de su tiempo con el uso del color, en esta obra muestra muy claramente, según Jordi Carreras experto y licenciado en Historia del Arte, «la lógica intensa del cromatismo», matizando que los colores violetas que dominan la pintura le dan un toque especial al combinarse con los verdes y los naranjas, éstos últimos para representar la ciudad. «La intención del pintor era crear una sensación de un paisaje primaveral y soleado», explicó el experto.
La obra de Antoni Ribas titulada Vista fluvial (óleo sobre cartón, con unas medidas de 51 x 73 centímetros), es, según Carreras, un ejemplo muy característico del paisaje realista en Mallorca. En él se combina una vista del paisaje balear con algunas construcciones que le dan un toque costumbrista. Ribas era un pintor fiel a los colores convencionales de la naturaleza, sobre todo haciendo uso de los ocres y los verdes, creando con ellos un efecto veraniego. Su pintura también se caracteriza por la gran habilidad que tenía para la construcción de la perspectiva. La obra, que salió a subasta por 1.250 euros, se vendió por 4.000 euros.
La obra titulada Dunas (una cera sobre papel de 5 9 x 71 centímetros), de Juli Ramis, «es una obra de la etapa figurativa de Ramis», explicó Carreras. Se trata de una obra enmarcada en el comienzo de los años 70 del pasado siglo, en la que el artista, a través de pequeñas franjas, sugiere la esencia más lírica y sobria del paisaje.
Además, Carreras explicó que, «ésta es una técnica poco habitual», refiriéndose al uso de la cera, con la que va creando unos matices muy suaves. El cuadro salió a subasta con un precio estimado de 4.500 euros y se vendió por 7.500 euros.