JOANA NICOLAU
Los restos arqueológicos que hasta el momento han salido a la luz en el solar de Son Espases ofrecerán importante información para profundizar en uno de los periodos más desconocidos de la historia de Mallorca: la transición de la época talayótica a la romana (siglos I a.C. y I d.C).
Hasta el momento, de los 63.000 metros cuadrados que abarca la zona arqueológica de Son Espases, sólo se han excavado unos 4.000. En ellos se ha localizado una estructura, que podría corresponderse con un santuario o zona de culto, y una extensa necrópolis con más de treinta conjuntos de enterramientos en ánforas, que salen a la luz parcialmente destruidas. A día de hoy, ninguno de los hallazgos impide la ejecución del hospital de referencia.
Uno de los aspectos que en mayor medida llama la atención a los expertos es la enorme extensión de este yacimiento funerario y que en él no se haya localizado, todavía, ningún tipo construcción. El equipo de arqueólogos, dirigido por Marilena Estarellas, Francisca Torres y Josep Merino, apunta la posibilidad de que en esta necrópolis pudieran confluir los enterramientos de varios poblados talayóticos próximos, entre ellos el más conocido, el de Son Cabrer, que fue arrasado en el siglo XIX.
Sea como sea, los expertos sólo hablan de hipótesis y conjeturas a la espera de concluir las investigaciones y analizar los restos materiales que van saliendo a la luz. Estos materiales son esencialmente pequeñas cerámicas y ánforas púnico-ebusitanas e itálicas, así como cenizas, carbones y algunos fragmentos de huesos de animales, probablemente buey y corzo.
Marilena Estarellas destacó que los conjuntos de enterramientos en los que se ha trabajado «se encuentran prácticamente en superficie, separados entre sí, cada uno con cuatro o cinco urnas funerarias para cenizas y enterradas directamente en la tierra. Se caracterizan por ser enterramientos pobres, de gente humilde, casi sin ofrendas». Para los arqueólogos esta necrópolis y la fórmula seguida para los enterramientos es interesante al ser un caso «singular» y único en Mallorca.