L.MOYÀ
La pregunta era sencilla: ¿En qué ha afectado al escritor la aparición de las nuevas tecnologías? La respuesta, contundente: «Es una herramienta portentosa». Juan Manuel de Prada analizó ayer en el edificio de sa Riera de la UIB esta cuestión a lo largo de una conferencia organizada por la Fundació Drac.
Según De Prada, las nuevas tecnologías «han cambiado mucho el método de trabajo del escritor», pero no sólo en el proceso de escritura, sino, sobre todo, «en el de documentación y visualización del libro a escribir». ¿Por qué? «Porque es un archivo inagotable de información que, antes, nunca habrías soñado con tener». Las fotografías de la época o de los lugares en los que ocurre la trama de una novela como El séptimo velo, la última propuesta de De Prada, pueden encontrarse en internet, herramienta que «facilita la búsqueda de información».
Antes, el escritor debía «fiarlo todo a la imaginación». Ahora, la imaginación se ve «sacrificada y complementada por el caudal de información que recibe». Pero, ¿qué papel ocupa ahora la imaginación? «Hay que construirla sobre todos estos elementos».
A pesar de esto, hay que tener en cuenta que en la red no todas las fuentes son fiables. «Siempre complemento la documentación a través de libros, que pueden ser buenos o malos». Y, también, siempre tiene presente que internet tiene sus peligros. Un ejemplo. «En El Código da Vinci, Dan Brown habla de un monje del Opus Dei. ¿Desde cuándo hay monjes en el Opus Dei?». En este punto entra en juego «el pundonor del escritor a la hora de verificar datos».
En El séptimo velo, De Prada se adentra en la novela épica, género que interesó al autor porque le permitió indagar en dos cuestiones. Por una parte, le interesó descubrir «cómo unas circunstancias adversas pueden destruir la vida de una persona». Por otra, quiso profundizar «en las mentiras de la historia», como la que se ofrece de la Francia ocupada de la Segunda Guerra Mundial, «presentada como una rebelde».