Arco 2004 no podía comenzar mejor para las galerías y la creación plástica balear. Ya desde el día de la inauguración, anteayer, aparecían los primeros puntos rojos, -señal de que la obra está vendida-, las primeras reservas y contactos para futuras exposiciones de nuestros artistas. El cacareado optimismo de los últimos años sigue favoreciendo a los mallorquines e ibicencos. En un mercado tan complicado como el del arte, despuntar en la feria madrileña se convierte en una proeza ya que la oferta es amplísima. En esta edición se presentan 277 galerías de Asia, Àfrica, América, Europa y Oceanía. Entre ellas, ocho han llegado desde Balears. Tras muchos años de asistir a este evento económico, que es también un fenómeno social, los galeristas isleños han encontrado su hueco. La explicación parece evidente: calidad en las obras expuestas y mejores stands en cada convocatoria. Se van cumpliendo los objetivos que impulsan el viaje: vender, por supuesto, pero también promocionar a los artistas para que puedan exhibir la obra fuera de su territorio o que entre a formar parte de colecciones importantes.
«Podíamos venir con firmas muy consagradas, pero ésa no es nuestra función», decía Pep Pinya. «Apostamos por gente más joven, lo que es más arriesgado, pero representa más ilusión». Ferran Cano, con un stand de artistas muy jóvenes en el que la mayor parte de las obras plantean interrogantes al espectador, coincidía en este argumento y mostraba su contento tras la primera jornada «a pesar de que traemos una propuesta difícil por la temática, con obras que son más difíciles de colgar en un salón; pero nuestra función no es sólo la de vendedores a secas, sino promocionar a artistas emergentes». Entusiasmada se mostraba también Jerónima Martínez «porque las piezas vendidas han pasado a colecciones importantes». La galerista de Pollença comentaba: «Para mí es uno de los años más fuertes».
En el momento de escribir esta crónica, Joan Costa, Gloria Mas, Amador, Mariano Mayol, Santiago Picatoste, Paco Espinosa, Guillem Nadal, Pep Guerrero, Amparo Sard, Susy Gómez, Gloria Mas y Josep Sirvent habían conseguido colocar piezas en colecciones públicas y privadas. Aún quedan muchos días por delante, y nuestros galeristas continúan haciendo contactos, recibiendo propuestas de compra, de exposiciones, operaciones que se irán concretando a lo largo de la semana. Todos se emplean a fondo y el ambiente en los expositores es de clara animación. Los coleccionistas preguntan precios, se interesan por la trayectoria de los artistas, hojean catálogos, piden tarjetas, dejan las suyas. Los expositores baleares también son visitados por los directores de museos, de fundaciones, banqueros, políticos, personajes famosos, empresarios. La expectación es manifiesta y los próximos días se presentan muy halagüeños para los representantes de Balears.