Los arqueólogos volverán a excavar el pecio sumergido en aguas de Cala Sant Vicenç. La nueva campaña comenzará el próximo verano tras el parón de 2003, cuando, después de las pasadas elecciones autonómicas, la investigación quedó suspendida por falta de acuerdo con la entidad privada que iba a colaborar en la financiación. Joan Josep Mas, director insular de Patrimoni Históric del CIM, confirmó que dicha institución se hará cargo de la financiación total de la campaña que, en 2002, puso en marcha la anterior consellera de Cultura, Maria Antònia Vadell.
En Cala Sant Vicenç, en el verano de 2002, se descubrió un barco griego del siglo VI a. de Cristo, así como restos de monedas del siglo V a. de C., vajilla del siglo I a. de C. y restos de otro barco datado entre el XIX y el XX.
Los arqueólogos mallorquines del equipo creado entonces por el CIM trabajaron junto con los procedentes del Centro de Arqueología Subacuática de Catalunya, que viajaron a Mallorca con una embarcación, el «Thetis», destinada a este tipo de tareas. Para pagar el uso de dicho barco, el combustible y al personal, Mas cuenta ya con una partida presupuestaria de 30.000 euros.
El director insular explicó a este diario que, el próximo mes, pasadas las fiestas navideñas, «nos pondremos a redactar el convenio para que no nos pille el toro».
La campaña consistirá, además de en la excavación propiamente dicha y en el rescate del material sumergido, en su inventario, documentación, con dibujos y planos de las cerámicas u otros restos, y la memoria de la campaña.
El pecio de Cala Sant Vicenç, como explicaron los directores del trabajo, Ferran Tarongí por Mallorca y Xavier Nieto por Catalunya, aportó en su primera fase importante documentación sobre la Isla y el comercio en el Mediterráneo con el mundo griego. Mallorca fue un lugar en el que se hacía escala y con el que se comerciaba. La nave del siglo VI es, además, una fuente de información sobre la industria naval griega. Sus maderas iban atadas con cuerdas, sin un solo clavo.
Entre otros hallazgos destacan una carga de cerámica griega, de la denominada de figuras negras; ánforas para el transporte de vino, tanto griegas como púnicas, un molino para moler harina. Importantísima fue la aparición de seis monedas de oro bizantinas con un busto del emperador Honorio.