Cap·pela nació como un experimento. «A todos nos gustaba cantar y, tras escuchar a varios grupos de música coral, decidimos unirnos y crear un grupo que utilizara sólo la voz», según Carol Domènech, miembro de la formación. Fue el mes de febrero de 1994, casi diez años atrás. Para celebrar esta fecha, el conjunto prepara un nuevo disco en los estudios de Ona Digital. El álbum contendrá «canciones propias más versiones de grupos que nos gustan». El pasado julio, Cap·pela empezó la grabación del que será su tercer trabajo discográfico, todavía sin título pero con una cosa clara: «Contendrá estilos muy diferentes». En septiembre, terminarán las mezclas y está previsto que salga antes de que acabe el año.
«No hemos introducido ningún gran cambio, seguimos la misma línea que nuestro primer álbum». Cada uno de los siete miembros de Cap·pela «tiene unas inquietudes musicales propias y diferentes» que están presentes a la hora de escoger la canción a versionar o en el momento de componer. «Intentamos lograr un sello sonoro propio», un sello que consiga que «cada tema suene a Cap·pela».
En esta ocasión, la formación ha decidido jugar con «la voz». «Hemos buscado que cantar no sea sólo la transmisión de un texto, sino que se convierta en un instrumento». De esta manera, han experimentado con «los efectos» para lograr que se asemejen, por ejemplo, a «un cajón o a una batería». Diez años en el mundo de la música implica muchas cosas. «Cuando empezamos, no sabíamos si lograríamos sobrevivir al tiempo». El camino a seguir no estaba claro porque «en Mallorca no había ningún grupo que se dedicara a la música vocal». En la actualidad, «ya hay otras formaciones como Capel·la que intentan despuntar», la demostración de que «al público le gusta escuchar música a capella». Si no, no hubieran llegado a celebrar sus diez años de vida.