Maria Antònia Vadell, consellera de Patrimoni Cultural del Consell de Mallorca, aseguró ayer que pedirá a la Comissió de Patrimoni que se abra una investigación sobre el hallazgo de materiales que un ciudadano suizo hizo en el castillo de Santueri en 1998, lo que dio lugar a unas prospecciones en las que salieron a la luz más piezas, datadas, según los arqueólogos del CIM, entre el final del imperio romano y la invasión árabe. Estos técnicos y el suizo obtuvieron permiso de la Comissió de Patrimoni tras el primer hallazgo «casual».
La Comissió de Patrimoni es la que tiene competencias para actuar de oficio, dijo ayer Vadell, que tomó su decisión después que el PP le hiciera ayer dos preguntas en el pleno del CIM. Toni Llamas, del PP, interrogó a la consellera respecto a si «tenía conocimiento sobre la exportación ilegal de bienes afectos al patrimonio» y por el «secretismo y la falta de transparencia». Para el PP, la consellera cayó en contradicciones, «le traicionó el subconsciente» al decir, «en el transcurso de cinco minutos que no tenía constancia y que estaban esperando ciertos bienes». El PP pidió también la dimisión de la directora insular de Cultura, Joana Maria Palou, «por incompetencia para resolver un problema». Para el PP las respuestas de Vadell no fueron satisfactorias «y seguiremos preguntando».
Por su parte, Vadell se extrañó de la contundencia de la pregunta del PP sobre la exportación ilegal porque, a su juicio, Toni Llamas «daba por supuesto que era cierto». La consellera volvió a insistir en que su departamento no sabe «nada más» respecto a este hallazgo «que lo que dijimos el otro día y por eso vamos a pedir una investigación, porque somos los primeros interesado». «Nosotros no tenemos pruebas ni constancia» de que se hayan exportado piezas fuera, dijo. «También le pedí "se refiere al PP" que si sabía algo que ayudara».
El PP hizo sus preguntas en base a las informaciones que ha ido publicando «El País», comentó Toni Llamas, quien apuntó que su partido seguirá este asunto de cerca. Joan Pascual, secretario de ARCA, refexionaba que toda esta polémica en torno a Santueri, protegido con la categoría de Bien de Interés Cultural, sirva para que «ya no actúe más así, de manera improvisada, sin rigor científico ni administrativo, permisos a medio dar y explicaciones no satisfactorias». «Si el patrimonio tuviera la consideración que se merece entre la ciudadanía, las leyes, la administración y las fuerzas del Estado esto no pasaría», finalizó Pascual.