Adaptar una instalación a un espacio concreto, utilizar este espacio como parte de la obra de arte e integrarlo para convertirlo en una pieza del puzzle. Joan Soler ha aprovechado el Espai Cúbic de la Fundació Pilar i Joan Miró para crear «El bosc de Mondrian», proyecto que el año pasado ganó la Beca Pilar Juncosa y Sotheby's. La inauguración se hará el próximo 20 de septiembre. El montaje nació con una premisa clara: había que adaptarlo al Espai Cúbic. El resultado, «un juego de transparencias que juega con las luces», explicó Soler. El principal obstáculo ha sido convertir la maqueta en una realidad. «He tenido que hacer pequeñas variaciones de materiales, escoger unos más adecuados y factibles», afirmó el artista.
La instalación juega con las luces y las formas. Mezcla imágenes, transparencias, telas y pinturas. Utiliza diversos materiales, «presentes todos en nuestra vida». «El artista tiene que usar elementos que le faciliten lo que quiere expresar», dijo. Lo que se ha querido crear, en esta ocasión, es un bosque artificial, impregnado de un espíritu didáctico, ya que «se basa en el proceso que siguió el pintor Mondrian, desde sus inicios hasta llegar a sus últimas abstracciones».
El pasillo que lleva hasta el Espai Cúbic se vestirá con árboles y elementos no figurativos. En una ventana, una tela con una reproducción fotográfica de un árbol dibujado a lápiz por Mondrian. Justo enfrente, su contrario, una figura abstracta. Entre y entre, citas de Mondrian. «Mondrian buscaba lo absoluto de las cosas a partir de una representación figurativa y de una reducción de lo natural». Todo para explicar este proceso, «el que el artista siguió, tanto artístico como intelectual».
La idea del bosque surgió de un elemento espiritual, «el bosque sagrado». «Mondrian partió de la naturaleza, algo que unió el principio y el final de su trayectoria», aseguró Soler. Una inmensa fotografía de un árbol cubrirá una de las paredes del Espai Cúbic. «Se trata de un elemento figurativo real, contrapuesto a otros abstractos». La imagen está impresa sobre una tela especial: la lona plastificada que se utiliza en los anuncios publicitarios. «Me es útil para expresar lo que quiero decir», explicó el artista. Los paisajes del Espai Cúbic formarán parte también de la instalación. «He intentado plasmar un esfuerzo para conjugar el lugar con la obra». Para Soler, esta adaptación supone un «componente creativo». Incluso ha incluido elementos del exterior en la pieza, como algunos árboles que se ven desde una de las ventanas.