Septiembre de 1924. Un Batallón de mallorquines es destinado a la guerra del Rif, en Àfrica. Las aventuras, desventuras y penalidades que viven los combatientes forman parte del argumento de una película, «Blocao», íntegramente mallorquina por los actores, la producción, la localización y la temática. Empezará a rodarse a partir del 1 de octubre y el 15 de noviembre el material entrará en postproducción. Para su realización, han contado con una subvención del Ministerio de Cultura, proveniente de un concurso público, que asciende a 40 millones de pesetas.
«'Blocao' es una historia de imágenes, rica en elementos como flashbacks, subtemas o pasajes oníricos», explicó Tomas Pladevall, encargado de la fotografía. «Se trata de un drama bélico intimista que intenta retratar la evolución de los personajes», dijo Pere March, director del film. Narra una historia real que llegó a oídos de March. «Me la transmitió un familiar lejano en los setenta». La guerra forma parte del trasfondo, pero no se erige en la única protagonista. Temas como el amor o la adaptación cultural también están presentes «No pretendemos hacer una reconstrucción histórica. Queremos plasmar las situaciones que vivieron los protagonistas», según March.
Parte de la acción transcurre en un blocao, una construcción que se utilizaba en las antiguas guerras coloniales y servía para defenderse. Los sacos rellenos de arena conformaban la barrera protectora. «Aparece en la parte final del film, cuando la situación ya se ha vuelto extrema», dijo March. Sitiados dentro del blocao, los soldados empiezan a notar los síntomas de la sed y del hambre. «Las imágenes deben reflejar esta intensidad», dijo Pladevall.
Pollença y Artà acogerán recrearán las vivencias de los protagonistas. «Los hechos ocurren cerca de Tetuán, es decir, al lado del Mediterráneo. Esa zona se parece más a Mallorca que no al Sáhara», en palabras de March. Talaiot Cinema produce el film. «La diferencia entre las otras películas hechas por gente de aquí y 'Blocao' reside en que, nosotros, hemos empleado una productora de Mallorca mientras que, las otras, usaron una de fuera», según March. Con ello, se ha querido contradecir la idea de que «en Mallorca no se puede hacer cine».