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La Fundació la Caixa recorre 6.000 años de historia de China a través de la cerámica

«Xina, cel i terra» reúne valiosas obras que van desde el neolítico al siglo XVIII

La Fundació la Caixa ha realizado un brillante montaje para la exposición.

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La Fundació la Caixa inaugura hoy, a las 20.00 horas, la exposición «Xina, cel i terra», una muestra con la que se hace un recorrido por 6.000 años de historia de China a través de la cerámica. La muestra reúne valiosas obras que van desde el neolítico hasta el siglo XVIII.

La cerámica siempre ha estado presente en la cultura china, una cerámica que, tal y como explicó ayer Jean-Paul Desroches, comisario de la exposición, «fue utilizada ya en el neolítico porque en China existe poca piedra y se tuvo que echar mano de la tierra para producir los elementos de uso cotidiano». Poco a poco, las creaciones de barro fueron adquiriendo autonomía respecto a sus usos tradicionales y, con el paso del tiempo, se fueron convirtiendo en objeto de colección.

La exposición, que permanecerá abierta hasta el 1 de julio, ilustra las grandes etapas históricas de esta cultura milenaria a través de 222 obras de las colecciones del Musée Guimet de París. Así, se divide en diversos apartados: El neolítico, la edad de bronce, el nacimiento del imperio, la edad de oro de los Tang, los Sung o la emergencia del mundo moderno, el esplendor de los Ming, los Quing y el estudio del letrado. El montaje de la exposición destaca estos periodos y en cada uno de ellos se ha reproducido un símbolo del período: cabaña, altar, tumbas, pabellón de te...

En palabras de Jean-Paul Desroches, la cerámica china fue muy anterior a la europea. Esta se introdujo en Europa por Italia, mediante los viajes que realizó al continente asiático Marco Polo. La cerámica azul y blanca de china se extendió rápidamente por el viejo continente, convirtiéndose en un elemento de distinción en el imperio español. De hecho, Desroches destacó la gran relación que tuvo el imperio español con este país, ya que con la plata que conseguían en Sudamérica compraban piezas en China que posteriormente eran llevada a Europa o a Sudamérica. «Fue tal la relación que esta ruta de comercio "China, Manila, Acapulco y Sevilla" tiene el nombre de la ruta China».

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