Las excavaciones que se realizan en el conjunto de Bellpuig, en Artà, donde los arqueólogos del CIM trabajan bajo la dirección de Biel Pons, han dado nuevos frutos. Se trata de unas estructuras agrícolas, unos canales sobre los que se construyó la iglesia. Los expertos, en un primer momento, dicen que son anteriores a la Conquista, por lo que su procedencia podría ser islámica.
Según Ferran Tarongí, coordinador de la excavación: «Ahora han salido unas estructuras en el ala Oeste, que si son del monasterio cambiarían la hipótesis de cómo era, empequeñeciendo el perímetro del mismo y empequeñeciendo la zona del patio central. En caso de que no fueran del monasterio serían anteriores y podrían corresponder a una alquería. Esto lo dirá el estudio de las estructuras en su conjunto y del material aparecido en los estratos. Con un poco de suerte la alquería también podrá ser documentada en la zona exterior de la cabecera de la iglesia, donde han aparecido unos canales excavados en la roca sobre las que se construyó la iglesia y que podrían haber estado destinados al uso agrícola».
Con esto, añade Tarongí, confirmaríamos lo que ya se sabía por los documentos escritos, que el rey había donado a los monjes varias alquerías. Nos referimos a los premostratenses, comunidad que llegó a la Isla procedente de Cataluña a partir de 1232 para evangelizar la zona. Ésta es la primera vez que se documentan arqueológicamente estructuras anteriores a la construcción de la iglesia. Los hallazgos que van surgiendo resultan muy importantes porque lo que se busca en Bellpiug es conocer el proceso de evolucióm del conjunto para delimitar las estructuras originales, ya que el CIM quiere montar allí un centro de interpretación, reconstruir el monasterio para llegar a conocer cómo se desarrolló el «repoblament». Éstos últimos permitirán que el centro de interpretación no tenga que limitarse a un solo periodo de uso de la zona, sino a la evolución de distintos usos: monástico, agrícola y, tras la partida de los monjes, sólo agrícola.