La Diputación Foral de Bizkaia invertirá 17 millones en el proyecto de renovación, ampliación y puesta en marcha de la nueva planta de clasificación de envases ligeros de Bizkaiko Zabor Berziklategia (BZB), situada en Amorebieta-Etxano.
La nueva infraestructura permitirá incrementar hasta diez las siete fracciones de plásticos que la planta realiza en la actualidad. Las obras del proyecto, que se encuentra en fase de preparación del suministro, darán comienzo antes de final de año y los trabajos se completarán en 12 meses desde la fecha de inicio.
La planta BZB es una iniciativa de colaboración público-privada participada por la sociedad foral Garbiker, dependiente de la Diputación de Bizkaia, y de la empresa alemana Trienekens.
Los principales detalles del proyecto han sido dados a conocer este lunes, en la propia planta de BZB, por la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, junto al accionista mayoritario de Trienekens, Joachim Domrös, la diputada de Medio Natural y Agricultura, Arantxa Atutxa, y el director de gestión local y autonómica de Ecoembes, Ángel Hervella.
La nueva planta permitirá aumentar la capacidad de tratamiento de envases, pasando de las 23.000 toneladas anuales actuales a 40.000 toneladas, debido a la incorporación a la clasificación de plásticos de un proceso con un mayor grado de automatización, que incluye el uso de sistemas de selección ópticos de última generación equipados con sistemas de inteligencia artificial.
Esta tecnología permitirá clasificar «de manera precisa» hasta 10 tipos de envases, frente a los 7 actuales, lo que supondrá, en palabras de Elixabete Etxanobe, «mejorar significativamente el rendimiento y la eficiencia del proceso» al lograr aumentar la diversificación de los plásticos a la hora de su tratamiento de una forma «más específica».
Durante la visita, la diputada general ha destacado que esta nueva planta de clasificación permitirá a Bizkaia «ser más sostenible» y «reforzará» su posición en el sector porque, ha remarcado, «mostrará cómo deben ser las plantas de reciclaje del futuro».
De esta forma, ha añadido Etxanobe, la renovación de BZB permitirá «optimizar» los procesos de clasificación, lo que «aportará un mayor valor al sector del reciclaje, que recibirá, así, »materiales mejor clasificados y de mayor calidad".
La planta cuenta en la actualidad con una plantilla de 40 trabajadores, y, tal y como ha señalado Arantxa Atutxa, no está previsto incorporar nuevo personal ya que el mayor grado de automatización del proceso se logrará gracias a la incorporación de la tecnología avanzada de última generación.
Más superficie y capacidad
Además de aumentar su capacidad de tratamiento de envases, el proyecto amplía asimismo la ocupación efectiva del espacio actual hasta una superficie total de 4.500 metros cuadrados, 1.500 metros cuadrados más que las instalaciones actuales.
Tal y como ha remarcado Etxanobe, «es precisamente esta mayor capacidad de tratamiento la que hará de ella la primera planta de estas dimensiones en emplear este tipo de tecnología a nivel estatal».
En su intervención la diputada general ha recordado que, en la actualidad, BZB trata de forma efectiva más de 21.500 toneladas de envases de los que recibe anualmente, con una tasa de recuperación de entre el 80 y el 90% que «hace de ella la planta más eficiente de su tipo en el Estado».
La nueva infraestructura, ha proseguido Etxanobe, «no solo permitirá aumentar la capacidad operativa de la planta, sino que contribuirá significativamente a los objetivos de sostenibilidad y economía circular de Bizkaia, mejorando la clasificación y el reciclaje de envases ligeros recogidos de manera selectiva en el territorio».
Las siete fracciones actuales incluyen Plástico mezcla, fracción que se separará en dos tipos de materiales; Pet, utilizado en envases como botellas de agua y aceite, que ahora se desglosará en dos subfracciones adicionales, y Film, material que también se dividirá en dos categorías distintas para mejorar la separación.
Las cuatro restantes son PEAD (polietileno de alta densidad), utilizado en botellas de detergentes y envases de productos de limpieza; Brik, los envases multicapa para alimentos y bebidas; Materiales férricos, como latas de alimentos en conserva, aerosoles y tapas de metal; y, por último, Aluminio, envases ligeros como latas de refrescos y bandejas de alimentos.
Con la ampliación, la planta sumará nuevas fracciones ya que PET se dividirá en PET botella, para envases de bebidas, y PET bandeja, utilizado en envases de alimentos de un solo uso, como bandejas para frutas y verduras.
A su vez, del plástico mezcla se obtendrán dos subfracciones, por un lado PP (Polipropileno), material empleado en tapones y productos de cuidado personal y PS (Poliestireno), utilizado en envases de yogurt.
Por último, surgen nuevas categorías de Film, como Polietileno, para bolsas de supermercado y envolturas de alimentos, y Otros films plásticos, dedicado a los envoltorios variados.
Planta de referencia
En su intervención, el representante de Trienekens País Vasco y socio director y accionista de la empresa alemana, Joachim Domrös, ha subrayado que, con la puesta en marcha de la iniciativa, se pone «la primera piedra de un proyecto particularmente emocionante», como es la futura construcción de «una planta de referencia para la clasificación de residuos de envases».
Tal y como ha resaltado, «esta moderna instalación establecerá nuevos estándares en la profundidad y calidad de clasificación y cumplirá con los requisitos más exigentes de Ecoembes».
Domrös ha explicado que la nueva planta «podrá clasificar más de 40.000 toneladas de material por año de los contenedores amarillos en tres turnos», lo que, ha proseguido, «no solo aumentará nuestra capacidad, sino que también envía una fuerte señal de protección ambiental y recuperación de recursos».
El directivo ha remarcado que «los materiales ecológicos son el camino a seguir» y que, gracias a las tecnologías de clasificación automatizadas de última generación, «podemos recuperar materias primas y cerrar ciclos», lo que, a su juicio, «envía una señal clara a la industria del envase», como es que los residuos no son un producto final, sino «un recurso valioso que podemos reutilizar».
En este sentido, el objetivo de Trienekens y de este tipo de proyectos es que «cada vez más fabricantes recurran a materiales reciclados, verdadero paso hacia la responsabilidad del producto», ha concluido.