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Una lona inspirada en la Fuente de Neptuno cubre el monumento durante dos meses para su restauración

Los trabajos responden a una colaboración público-privada entre el Ayuntamiento de Madrid y L'Oréal Groupe España

Una lona cubre la Fuente de Neptuno | Marta Fernández Jara - Europa Press

| Madrid |

Una lona inspirada en la propia Fuente de Neptuno cubre desde esta semana y a largo de algo más de dos meses uno de los monumentos más icónicos de la capital para su restauración, unos trabajos que se llevarán a cabo mediante una colaboración público-privada entre el Ayuntamiento de Madrid y L'Oréal Groupe España.

El Consistorio ha decidido actuar «de inmediato» para evitar «males mayores», explicaba días atrás la delegada de Cultura, Turismo y Deportes, Marta Rivera de la Cruz. «Es una obra de previsión para evitar que dentro de cinco o seis años haya que hacer una obra muchísimo mayor, más complicada y más cara», argumentaba.

Neptuno no tiene un deterioro tan grave como el que registraba la Puerta de Alcalá «pero sí tiene carencias que hay que asumir cuanto antes para evitar males mayores».

El acuerdo con L'Oréal Groupe España permite la instalación de elementos publicitarios de marcas pertenecientes a su división de lujo. A cambio, la compañía contribuirá a la financiación del programa de conservación de monumentos. L'Oréal Groupe ya ha apoyado proyectos similares a nivel internacional siendo uno de los principales donantes de la Catedral de Nôtre Dame tras el incendio que la asoló en 2019.

El homenaje a Neptuno llegó a Madrid en 1786 dentro de la ordenación de Salón del Prado, que incluía en cada extremo una fuente, junto con la de la Cibeles. Ventura Rodríguez se encargó de los estudios preliminares y firmaba el proyecto de la fuente. Fue encargada a Juan Pascual de Mena pero, dada su avanzada edad, fue finalmente su discípulo, José Arias, quien esculpió la figura de Neptuno y los caballos, recoge la web Monumenta Madrid.

La concha a modo de carroza, el agua y los delfines fueron terminados por José Rodríguez, Pablo de la Cerda y José Guerra, quienes finalizaron los trabajos el 30 de octubre de 1786. En un primer momento se instaló en la calzada central del Prado, mirando a la Cibeles, para años después ser trasladada a su actual ubicación, en la plaza de Cánovas del Castillo.

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