El grupo italiano Maneskin ha deslumbrado esta noche en el Mad Cool con un espectáculo de mucha fuerza, guitarreo y grandes efectos de iluminación, logrando salvar así la jornada más floja en cartel y asistentes del festival de este año.
De hecho, según datos de la organización facilitados a Europa Press, 49.781 han asistido este viernes al espacio Iberdrola Musical, lejos de los 57.000 del jueves y los 55.000 del miércoles, y frente a las previsiones más optimistas para la que se espera la jornada con más afluencia, la de mañana sábado.
Maneskin, una de las pocas grandes bandas surgidas en la última década, ganadores del festival de San Remo y de Eurovisión, salieron pletóricos a la hora prevista, con una actuación que fue una mezcla explosiva de carisma, potencia y erotismo. Damiano David, el carismático cantante, no dejó de interactuar con el público, unas 40.000 personas entregadas.
De hecho, Damiano recorrió la columna que divide el espacio Mad Cool para tocar al lado del público en un par de canciones. Y subió al escenario, como ha hecho en otros ocasiones, a una veintena de asistentes, que no pararon de bailar y tocar al líder. Mientras, Thomas Raggi deslumbraba con su maestría en la guitarra y Victoria de Angelis con el bajo.
El cuarteto desbordó sensualidad y energía, logrando un buen equilibrio entre rock y glam. A medida que avanzaba su actuación, el público se dejaba llevar por la intensidad de canciones como 'Zitti e buoni' y 'Beggin'. Damiano agradeció, con algunas frases en español, lograr tocar por fin en Madrid en un gran festival. Ya lo hizo el año pasado en el barcelonés Primavera Sound.
La nostalgia punk-rock de sum 41
Otra de las noticias de la jornada del jueves del Mad Coof fue el regreso de Sum 41. La banda canadiense, conocida por sus himnos punk-rock de los 2000, animó a los más entregados con un setlist cargado de clásicos como 'Motivation', 'The Hell Song' y 'Fat Lip'.
A pesar de estar en su gira de despedida, la energía y pasión de Deryck Whibley y compañía paracen no disminuir, brindando un espectáculo que resonó con nostalgia y entusiasmo entre el público. Los pogos y coros a pleno pulmón demostraron que, aunque Sum 41 ha perdido relevancia con los años, su música sigue teniendo un impacto profundo en sus seguidores.
Por otro lado, el legendario guitarrista Tom Morello no dejó indiferente a nadie con su actuación, acompañado por su hijo, quien sorprendió al público con solos de guitarra mientras vestía la camiseta de la selección española de fútbol de Lamine Yamal.
Morello, conocido por su innovador estilo y compromiso anticapitalista, ofreció un set rotundo que incluyó clásicos de Rage Against the Machine y Audioslave, así como versiones sorprendentes de 'Kick Out the Jams' de MC5 y 'The Ghost of Tom Joad' de Bruce Springsteen.
También se esperaba la actuación de Alvvays, cuyo pop-rock distorsionado y encantador fue un soplo de aire fresco en la calurosa tarde madrileña. La voz sensacional de Molly Rankin y las melodías nostálgicas del grupo canadiense resonaron entre la audiencia.
Black Pumas, por su parte, combinaron soul denso con rock psicodélico, destacando la voz potente de Eric Burton y la destreza guitarrística de Adrian Quesada. Su actuación evocó el sonido de finales de los años 60, llevando al público en un viaje musical atemporal.
Por su parte, el dúo inglés Sleaford Mods ofreció un show minimalista pero impactante, con su post-punk confrontacional resonando entre la audiencia. Andrew Fearn y Jason Williamson demostraron que no necesitan más que una caja de ritmos y una actitud desafiante para capturar la atención del público.
Depresión Sonora, la propuesta patria de Marcos Crespo, aportó una dosis de punk y pop que capturó el descontento de una generación. Sus letras introspectivas y su energía en el escenario conectaron con muchos asistentes, que esperan con ganas la jornada del sabádo, que sin duda protagonizarán The Killers, Avril Lavigne, The Kooks y Bring Me The Horizon, entre otros.