La compañía tecnológica catalana Ocean Ecostructures ha ganado un contrato por el cual se encargará de transformar los cimientos de hormigón de la isla artificial energética Princess Elisabeth, en la costa de Bélgica, en «un enorme arrecife artificial que fomentará la biorregeneración».
Se trata de la «primera isla artificial energética del mundo», que ocupará una superficie de seis hectáreas y que agrupará el cableado de la actual zona eólica marina, según ha informado la empresa catalana en un comunicado este martes.
Está previsto que la isla esté operativa en 2026 y será el punto de interconexión eléctrica entre Bélgica, Reino Unido y Dinamarca, «dando acceso a cantidades masivas de energía renovable».
El cofundador y ceo de Ocean Ecostructures, Ignasi Ferrer, ha explicado que el contrato supone un gran reto para ellos, pero que han trabajado «durante más de un año para desarrollar un formato adaptado a las condiciones extremas que imperan en el mar del Norte».
«Nuestra compañía ha sido elegida no sólo por el desarrollo de una solución inédita y única, sino por nuestra capacidad de dar soluciones a proyectos de grandes dimensiones», ha añadido.