El exnovio de la acusada del crimen de los laxantes tuvo un episodio de diarreas de tres meses mientras vivió con ella que lo dejó «en los huesos» --perdió entre 8 y 10 kilos-- y durante ese tiempo, en el que apenas salió de casa, Mari Carmen le vacío los 20.000 euros que tenía en dos cuentas corrientes y le dejó «un pufo» de 1.200 euros.
Así, lo ha declarado ese miércoles en la tercera sesión del juicio que se sigue contra Mari Carmen, acusada de asesinar a su pareja Salvador, 19 años mayor que ella, tras presuntamente suministrarle grandes cantidades de laxantes, además de estafa y falsedad. La Fiscalía pide un total de 28 años para ella, mientras que las acusaciones particulares elevan la petición a 31 años y la defensa reclama la libre absolución.
El exnovio, inspector jefe de la Policía Nacional que se encontraba en la reserva y que ha asegurado que no guarda «ningún rencor» a la acusada, convivió con ella y las dos hijas menores de ésta entre marzo de 2015 y mayo de 2018 en su domicilio, ya que ella no tenía trabajo ni ingreso alguno salvo los 200 euros que le pagaba el exmarido por cada niña de pensión.
A la vuelta de un viaje de Cuenca que hicieron los dos en el año 2017, comenzó a sufrir diarreas diarias. Él lo achacó a la marihuana que fumaba, pero dejó se consumir y «aquello continuaba». Las diarreas, casi siempre de madrugada, le dejaban «echo polvo» y apenas podía salir de casa, ha contado. Pero no fue al hospital porque tenía «fobia» a los médicos. Mari Carmen tampoco se le aconsejó. «Aguanté el tirón hasta enero de 2018», ha apuntado.
Ni antes ni después de su relación había tenido problemas de diarrea, ha confirmado. En ese tiempo, ha señalado que Mari Carmen fue «muy solícita»: «Me cuidaba, me alimentaba y me limpiaba, no tengo ninguna queja». Recuerda que le preparaba platos diferentes y ha apuntado que ella no tuvo diarreas. Tenía problemas de estreñimiento y compraba supositorios de Microlax. «Que yo recuerde ningún otro medicamento», ha aclarado.
En una de las seis salidas que pudo hacer durante esos tres meses, fue al banco y vio una extracción de 600 euros. «Mi hermana mayor tenía una tarjeta asociada y no le di mayor importancia ni se lo comenté», ha relatado. Pero un día al verla le preguntó si le hacía falta más dinero. «Y ahí se destapó todo», ha señalado.
El cobraba su nómina en el banco, donde tenía unos 12.000 euros. Se realizaron 22 extracciones de unos 500 euros cada una hasta dejar «la cuenta a cero y un descubierto de 1.200 euros». Otra cuenta de otra entidad en la que tenía unos 7.000 o 8.000 euros también se vació. Ha señalado que no autorizó a Mari Carmen a usar sus tarjetas, pero que ella conocía su PIN porque era el número al que jugaba a la lotería y compraban los boletos juntos.
Ha asegurado que ella se lo reconoció y que le aseguró que se lo devolvería y le pidió que no lo denunciara. «Accedí por el escándalo y las niñas. Me dejó descolocado, pero pude ponerme al día con las nóminas y aguanté el tirón», ha admitido.
Luego le vino un requerimiento judicial por desahucio del piso de alquiler al que se marchó Mari Carmen cuando dejaron la relación y tuvo que poner 3.000 euros en el jugado más otros 2.000 euros de las costas porque él era el avalista. «Lo dejamos bien y le dije: 'Preocúpate de pagar el alquiler».
Los primeros meses que comenzó a salir con Salvador ha asegurado que sí le ingresaba el alquiler y que ya no supo más de ella hasta abril 2021, cuando al enterarse de que había fallecido le mandó un mensaje lamentando su pédida. La noche de San Juan la llamó para quedar y le preguntó si Salvador le había dejado dinero. «Me enseñó un pantallazo de un número, no sé si eran 10.000 o 100.000 y me dijo que era la cantidad que le había dejado», ha apuntado. Además, le aseguró que tenía un testamento ológrafo en el que le dejaba a ella la casa y a los nietos la herencia.
Deudas sin devolver
Por otro lado, durante el juicio ha declarado el exmarido de la acusada, que ha asegurado que ésta «siempre» ha consumido laxantes -«todos los días desde que la conocí», ha señalado-- y que en el bolso siempre llevaba, pero que nunca le había dado a él. Además, ha afirmado que aún sigue pagando las deudas que contrajo cuando vivía con ella, de «mucho dinero», y que ha atribuido una «mala gestión»: «Gastábamos de lo que teníamos». Ha señalado que ella le dijo que había ganado una lotería, pero que nunca le pidió que le ayudara a cancelar las deudas ni ella ofreció.
Por su parte, uno de los amigos de Salvador ha señalado que la acusada le pidió un préstamo de 2.500 euros, cuando él ya había fallecido, y le dijo que se lo devolvería cuando recibiera la herencia de su padre, que había fallecido. Sin embargo, ese mismo día su hija vio al padre de ella en la casa. El préstamo se lo devolvió a los dos o tres meses tras varias llamadas «dándole caña porque su padre no había muerto». Además, ha señalado que la acusada, que ha señalado que le mintió« en varias ocasiones, le decía que la relación de Salvador era »muy mala«, pero ha recalcado: »Yo no he visto ningún problema de Salva con los hijos".
Por su parte, los hijos mayores de ella han declarado que compraban laxantes para su madre cuando vivieron con ella, una caja al día, han afirmado, y han señalado que Salvador «no cuidaba» su alimentación pese a ser diabético, incluso salía del hospital para fumar, y han negado que su madre prohibiera a los familiares de él visitarlo cuando estaba hospitalizado.