Los conocidos como 'papeles del sirio' que originaron el caso Erial contenían, según un análisis lofoscópico por parte del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, un total de 19 huellas --18 de ellas dactilares y una palmar-- y ninguna pertenece al expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro de Trabajo con el PP Eduardo Zaplana.
Así lo ha dado a conocer este jueves el presidente del tribunal que juzga Erial, procedimiento en el que se ha investigado el supuesto cobro de más de 10 millones de euros en comisiones derivadas de concesiones de ITV y parques eólicos de la Comunitat Valenciana.
Los 'papeles del serio' originaron el caso Erial, ya que la Guardia Civil observó en ellos un posible blanqueo de capitales y amaño de concursos públicos --en los documentos, los agentes vislumbraban una posible connivencia en la adjudicación del Plan Eólico y de las ITV a favor del grupo Sedesa a cambio de unas comisiones--.
En la sesión de este jueves, antes de acabar de escuchar las grabaciones que obran en la causa, el presidente del tribunal, Pedro Castellano, ha trasladado a las partes los resultados del estudio lofoscópico que solicitó la defensa de Zaplana y que reclamó por segunda vez ayer en la vista.
El presidente del tribunal ha comentado que el estudio se había practicado, tal y como se solicitó, y había llegado a la Secretaría pero se tenía «un poco desviado», ha manifestado.
Tras ello, ha dado a conocer las conclusiones del estudio que apuntan a que se han obtenido 19 huellas y, cotejadas con las de Zaplana y otros candidatos aportados por el sistema automático, no se ha podido identificar a nadie. «Todos los resultados son de exclusión», ha apuntado.
Sobre estos papeles, Imad, un ciudadano de origen sirio afirmó en el juicio que los encontró en la vivienda en la que había estado alquilado en València y que había sido propiedad de Eduardo Zaplana hasta 2006. Los mismos se los entregó en 2012 al exgerente de Imelsa Marcos Benavent, autodenominado 'yonki del dinero', al que conocía y con el que tenía amistad.
Posteriormente, los papeles fueron intervenidos en un registro en el despacho del antiguo abogado de Benavent. El exgerente manifestó en el juicio que el ciudadano sirio le comentó que los documentos se los había dado la Policía o el CNI.
El Servicio de Criminalística ya había informado anteriormente de la ausencia de ADN en los documentos, ni de Zaplana ni de ninguna otra persona. Ahora se suma a la causa el estudio de las huellas dactilares.