La abogada Beatriz García Paesa, sobrina del espía Francisco Paesa, ha mantenido lo que declaró en el juzgado de instrucción del caso Erial y ha asegurado que el expresidente de Les Corts y exdirector general de la Policía Juan Cotino, ya fallecido, llevó en el año 2001 unos 650.000 euros «en efectivo» para crear dos sociedades --tal y como ya declaró en el juicio su sobrino, Vicente Cotino-- y ha indicado que no se preguntó el origen del dinero.
Así se ha pronunciado Paesa en su declaración, en calidad de testigo, en el caso Erial, procedimiento en el que se ha investigado el supuesto cobro de más de 10 millones de euros en comisiones derivadas de concesiones de ITV y parques eólicos de la Comunitat Valenciana. El fraude está cuantificado en más de 20 millones de euros.
Paesa, a través de videoconferencia, ha explicado su papel en la gestión de sociedades cuestionadas en el procedimiento al constituirse con dinero presuntamente destinado a sobornos por las adjudicaciones de ITV y del plan eólico.
La testigo, con despacho en Luxemburgo, ha explicado que en el año 2001 Juan Cotino llevó hasta el país unos 650.000 euros para constituir dos sociedades: Imison y Fenix. «Fue la única vez en mi vida en que le ví», ha apostillado.
Sobre el origen de los fondos, ha indicado que en Luxemburgo no se preguntaba por esta cuestión. «De todas formas --ha agregado-- Vicente Cotino --que era la persona con la que ella hablaba-- ya trabajaba con el banco y los bancos no hacían más preguntas que las necesarias sabiendo quién era el cliente y que el dinero había salido legalmente de España. Desde entonces ha cambiado mucho la legislación», ha dicho.
Ha concretado que fue Vicente Cotino quien le encargó abrir las sociedades de manera fiduciaria con el dinero en efectivo. Las mismas estaban domiciliadas --ha explicado-- en una entidad fiduciaria y eran anónimas con tres administradores. Uno de ellos era la testigo y Vicente Cotino socio único.
Para Paesa, Vicente Cotino era una «perla» porque iba a Luxemburgo una o dos veces al año para la aprobación de cuentes o reuniones con el banco y, lo demás, se gestionaba por teléfono con su director financiero.
Interpelada por el papel del expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro con el PP, Eduarzo Zaplana, en este entramado, ha dicho que no lo conocía ni nadie le habló de él «jamás». «Para mí Zaplana formaba parte del mundo de la política español y jamás en mi vida he sabido nada de él ni tengo idea de quién es. Su nombre nunca fue mencionado por ninguno de los intervinientes, jamás», ha repetido.
Actividad "mínima" y participaciones
La actividad de las sociedades creadas en Luxemburgo era «mínima» hasta que en 2005 se adquirieron participaciones de dos sociedades españolas: Inversiones Imison e Inversiones Impega. Al respecto, la testigo ha indicado que se encargó de hacer la traducción jurada cuando se constiuyeron estas entidades y para hacer la compra de participaciones.
«Se me comunicó --ha indicado-- que había un cambio de accionistas y por eso me presentaron a Joaquín Barceló --testaferro confeso de Zaplana--, quien asistió a una reunión con su asesor fiscal, Francisco Grau. También apareció ahí Francisco García. Unas sociedades eran para Barceló y otras para García», ha apostillado.
Sin embargo, la testigo ha insistido en que Barceló «nunca» le dio ninguna indicación sobre nada mientras que sí hablaba con Grau. «Con Grau --ha agregado-- es con quien coordinaba las ampliaciones de capital, me mandaba documentos, me pedía la traducción... No hablaba con Barceló, puesto que él me dijo que para todos los temas fiscales y todo hablara con Grau. Era la persona de contacto».
Posteriormente, en 2009 hubo otra serie de reuniones ante un nuevo cambio: el traspaso de dinero de Imison a una sociedad holandesa: «Ahí entró en juego Fernando Belhot --abogado uruguayo y testaferro de Zaplana--, quien me comentó que dado que la gestión del banco hecha en Luxemburgo no debía convenirles, se iba a firmar un contrato de gestión con una sociedad holandesa y los fondos se traspasaron», ha expuesto.
«Belhot --ha añadido-- se me presentó y para mí actuaba como si fuera socio de la sociedad. Jamás me dijo el propietario real de las participaciones. Jamás», ha concluido.