La Unió Llauradora ha reclamado a la Generalitat que, en lugar de prohibir las quemas agrícolas como ha hecho con la publicación de una resolución en el DOGV dos meses antes del periodo establecido hasta ahora, tenga en cuenta las realidades agrícolas de las diversas zonas y también los riesgos meteorológicos existentes.
La organización ha instado a la Generalitat a emitir una nota aclaratoria sobre la situación de las quemas agrícolas acerca de las distancias, excepcionalidades o cómo deben pedir «de forma ágil y rápida» los agricultores una solicitud de motivo «debidamente justificado».
Así lo ha apuntado en un comunicado en el que considera que prohibir «de forma generalizada» las quemas agrícolas «no es la solución en estos momentos y no se puede legislar a golpe de titular». «No se puede aplicar la misma normativa para todos, pues no es lo mismo una determinada zona que otra y no se pueden prohibir las quemas agrícolas cuando los avisos meteorológicos adversos de calor y temperaturas elevadas sean bajos o moderados», ha indicado el secretario general de La Unió, Carles Peris.
En este sentido, Peris ha reiterado que el período de autorización de las quemas agrícolas y márgenes «se adapte a la realidad agrícola de cada año y zona según las necesidades de las diversas localidades y, sobre todo, a las circunstancias meteorológicas».
A su juicio, «se debería establecer un sistema para que en función de lo que dice el nivel de preemergencia de la Generalitat se pudiera quemar allá donde el riesgo de incendio sea de nivel bajo/medio, puesto que incluso se puede consultar a nivel de cada municipio». Por ello, la organización agraria aboga por dotar a los Ayuntamientos de «más competencias para gestionar las quemas y delimitar las zonas en sus términos municipales».
«Puede haber franjas de zonas agrícolas donde se limiten más las quemas y otras zonas sin peligro donde se faciliten más y por más tiempo», ha afirmado el secretario general de La Unió, que subraya que, de forma mayoritaria, «ya no se queman los restos vegetales, principalmente la poda, porque es más costosa que la trituración».
Aun así, sostiene que «es necesario quemar porque estamos en pleno periodo del trabajo de poda y gestión de los restos agrícolas, y hay zonas donde no hay posibilidad de trituración de los restos al tener un difícil acceso para las trituradoras o un marco de plantación que no lo permite». Por tanto, ha insistido en que la quema «es imprescindible también en parcelas en reconversión con arranque y posterior nueva plantación y en determinados casos es necesaria por motivos fitosanitarios».
Por otra parte, ha señalado que la acumulación de restos vegetales en un campo durante tantos meses «puede provocar también un aumento del peligro de incendios porque es un combustible que estará muy seco, un incremento de la fauna silvestre, sobre todo de conejos, y dificultar la gestión de las cubiertas vegetales de las parcelas y los tratamientos fitosanitarios contra plagas y enfermedades que pueden aumentar ante la presencia de los restos vegetales».
Ayudas
La Unió también apuesta por «incentivar» la ganadería extensiva para prevenir incendios y por pagar a los agricultores y ganaderos por los servicios que prestan a la sociedad. Así, propone una ayuda por cultivar las franjas agrícolas que limitan con las áreas forestales, algo que «evitaría un gran número de incendios y ahorraría una gran cantidad de dinero público, ya que esos terrenos agrícolas son los primeros que se abandonan por su baja rentabilidad».
Las ayudas del segundo pilar de la PAC -desarrollo rural- son en las que los Estados y, sobre todo las comunidades autónomas, disponen de un «cierto margen de maniobra para su enfoque y ahí podrían incluirse», ha hecho notar. «Sería el pago de un trabajo ecosistémico a los agricultores y ganaderos por cultivar, del que se beneficia posteriormente toda la sociedad», ha asegurado Carles Peris.