El Gobierno Vasco considera que el Plan Integral de Prevención y Control de Tabaquismo planteado por el Ministerio de Sanidad «se alinea con los objetivos y líneas estratégicas» del VIII Plan sobre Adicciones de Euskadi 2023-2027, aprobado el pasado año, y queda «a la espera» del desarrollo legislativo y la concreción de mecanismos de financiación para «la adecuada implementación» de las medidas recogidas.
En un comunicado, el vasco Departamento de Salud ha señalado que ve el Plan Integral del Prevención y Control del Tabaquismo, planteado este viernes a las comunidades autónomas por el Ministerio de Sanidad, «se alinea con los objetivos y líneas estratégicas definidas en el VIII Plan sobre Adicciones de Euskadi 2023-2027», aprobado en septiembre del pasado año y que contempla un total de 58 acciones prioritarias para avanzar hacia «una Euskadi más saludable y sensibilizada ante los riesgos derivados del consumo de sustancias y conductas adictivas».
Según ha explicado, tras conocerse el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo (PIT) 2024-2027 en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, Euskadi «queda a la espera del desarrollo legislativo y la concreción de mecanismos de financiación para la adecuada implementación de las medidas recogidas en el plan».
La Consejería vasca ha destacado que el Ministerio de Sanidad ha incorporado al Plan «las aportaciones realizadas por Euskadi en lo que respecta a la cogobernanza, comunicación, toma de acuerdos y coordinación entre las distintas administraciones públicas competentes en materia de protección de la salud».
El tabaquismo, ha advertido, supone un problema de salud pública a nivel mundial que afecta negativamente en la salud de las personas, motivo por el que la consejera de Salud del Gobierno Vasco, Gotzone Sagardui, ha insistido en la importancia de avanzar en materia de protección de la salud y la lucha frente al tabaquismo.
En esta línea, el Ejecutivo vasco ha explicado que en Euskadi el vigente Plan de Adicciones, el octavo de esta naturaleza durante cuatro décadas de trayectoria en el abordaje de las adicciones y drogodependencias por parte de las instituciones vascas, «ya contempla algunas de las acciones planteadas en el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo del Ministerio, como por ejemplo las medidas relativas al uso de los vapeadores».
El plan vasco de adicciones
El VIII Plan sobre Adicciones de Euskadi 2023-2027 establece cinco grandes objetivos de resultado, que indican los avances que se pretenden conseguir en el período de vigencia del plan, y que consisten en evitar o retrasar el inicio de consumos y conductas adictivas en la población de Euskadi, disminuir su prevalencia, minimizar los daños que originan, reducir las desigualdades en salud ligadas a las adicciones y reducir el estigma asociado.
Para lograrlos, se plantean, además, otros tantos objetivos instrumentales «como guía para orientar las prioridades en cuanto a las políticas, programas y actuaciones» que se van a desarrollar en estos años.
Entre ellos, activar entornos que promuevan comportamientos saludables y contribuyan a «desnormalizar» el consumo de sustancias y las conductas adictivas, incluidas medidas estructurales para reducir su disponibilidad y oferta, con especial atención al ámbito familiar, escolar, laboral y comunitario.
Reforzar y mejorar los programas de promoción de la salud y prevención, con perspectiva del curso de la vida (adaptando las intervenciones a las diferentes necesidades propias de cada etapa vital) e «incidiendo en el fortalecimiento del capital y los recursos emocionales de las personas» es otro de sus objetivos.
También se contempla fortalecer y mejorar los servicios de asistencia y apoyo a la inclusión social, desde un enfoque de equidad y con especial atención a las personas en situación de vulnerabilidad, así como desarrollar y difundir conocimiento e innovación en materia de adicciones y afianzar una acción intersectorial más efectiva en el ámbito de las adicciones.
Desde Salud han destacado que el Plan puesto en marcha el pasado año en Euskadi contó para su elaboración con la participación de más de 70 personas de distintas entidades e instituciones, así como personas afectadas, sus familias y otros agentes sociales y comunitarios.