La consejera de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía, Rocío Blanco, ante la propuesta de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, sobre el horario de los restaurantes, ha dicho creer que es «intervencionismo» propio de «regímenes totalitarios» el pretender regular «cuándo comemos».
En declaraciones a los periodistas antes de reunirse con la Junta Directiva de la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO), Blanco ha dicho que la cuestión le parece «un debate absurdo, porque hay libertad de empresa, que yo sepa todavía, que además está recogida en la Constitución, y es un intervencionismo que no cabe en un Estado de Derecho».
En consecuencia, «regular hasta ese punto, es decir, cuándo tenemos que comer o cuándo tenemos que salir de ocio, me parece que es propio de regímenes totalitarios y creo que es un intervencionismo que creo que no procede en la España del siglo XXI y, sobre todo, se está lanzando un mensaje al inversor de que se quiere controlar todo hasta el mínimo detalle, y buena prueba de ello es que en España ha bajado el volumen de inversión un 23% hasta septiembre del pasado año, cuando en Andalucía se está incrementando».
Es decir, según ha señalado, «es un mensaje que en nada favorece a la creación de empleo y al desarrollo de nuestra economía» y, «desde luego, un ministro, un consejero o un presidente se tiene que dedicar a solucionar los problemas de los ciudadanos, no a crear problemas y a abrir debates absurdos que entiendo que en nada llevan a mejorar la vida de los ciudadanos».
Otra cuestión, según ha aclarado, «es que los trabajadores tienen que tener unos sueldos dignos, tienen que tener prevención de riesgos laborales, tienen que tener una cotización de horas extras y un pago de horas extras en el caso de que se hagan, pero ese es otro debate y corresponde a otra área», argumentando la consejera de Empleo que no sabe «si pensar que esto es una cortina de humo para que no se hable de temas que, desgraciadamente, estamos oyendo en estos días», y «que son importantes», buscando que se hable de lo que, en realidad, «es un debate vacío que no nos lleva a ningún sitio».