Un total de nueve de los 13 acusados de intentar matar de una paliza a un joven en la localidad guipuzcoana de Pasai Antxo para robarle un patín eléctrico, en la madrugada del 15 de mayo de 2021, todos ellos con vínculos familiares, han declarado este lunes en la Audiencia de Gipuzkoa y se han desvinculado de estos hechos.
La primera jornada del juicio, señalado hasta el próximo 6 de marzo, en la Sección Primera ha comenzado pasadas las diez de la mañana de este lunes con la declaración de nueve de los 13 acusados, dos de ellos en prisión.
La primera en declarar, con antecedentes por hurto, ha explicado que el 15 de mayo de 2021, fecha en el que tuvieron lugar los hechos juzgados, se encontraba con sus hijas y otros familiares en la fiesta de cumpleaños de su padre en su vivienda de la calle Blas de Lezo de Pasai Antxo.
Allí estuvo «hasta las ocho y media o nueve de la noche», cuando su hermana, también acusada, le llevó en coche a su vivienda en la localidad de Lasarte-Oria para después volver en su vehículo a por sus hijos y su pareja. Según ha relatado no participó «en ningún momento en la agresión» y «no sabía nada» de lo ocurrido.
Otro de los acusados ha relatado que había salido de permiso de prisión y fue al cumpleaños con otros familiares y estuvo allí, en la casa y en la plaza de debajo, hasta las nueve y media de la noche, aproximadamente, cuando la ertzaintza acudió al lugar a identificarles y «todos marcharon a sus casas».
«No intervine en la agresión», ha señalado, para, a continuación, incidir en negar su participación en los hechos. Según ha explicado, tras la fiesta se fue a «dormir a un coche que había aparcado junto al Día porque estaba borracho y mi padre no me quería en casa».
Otra de las acusadas ha reiterado que estuvieron en el cumpleaños en casa de su padre «hasta que los vecinos se quejaron y bajamos a la plaza». Según ha relatado, de allí se marchó con su hijo pequeño y dejó al resto en la fiesta para volver a por ellos «de madrugada», cuando «había muchos municipales» que no le «contaron nada» de lo que había pasado. «Me austé un poco, llamé a mis hijos, bajaron y me fui», ha contado, para asegurar, a continuación que no participó en la agresión. «Es imposible que estuviera», ha incidido.
Además, ha asegurado que, dos de los acusados, tampoco pudieron estar allí porque sus familias están «enemistadas» por un «conflicto anterior muy fuerte» y «por la Ley gitana» no pueden juntarse. El cuarto de los acusados ha aseverado que el día de los hechos estaba en casa de su hermana en Martutene porque «desde 2019 está enemistado» con otros dos miembros de la familia que le «agredieron» y a los que denunció. «Desde entonces no puedo pisar Pasajes», ha señalado, al tiempo que ha indicado que no tiene contacto «con ninguno de los procesados».
El quinto acusado también ha negado su presencia en Pasajes el día de los hechos, ya que se había casado recientemente y estaba «disfrutando con la mujer» en Andoain. «yo no sé que hago aquí», ha afirmado, al tiempo que ha asegurado que no participó en «ninguna agresión» y no estuvo en Pasaia. Al ser preguntado por el Ministerio fiscal cómo es entonces que la víctima le identificó como uno de sus agresores ha respondido que «se droga o no sé que hace, porqué me identifica cuando no estuve allí».
La sexta acusada, hermana de la primera que ha declarado, también ha contado que estaba celebrando el cumpleaños de su padre en la casa de éste en Blas de Lezo, en Pasai Antxo, «desde las siete de la tarde hasta las ocho o así que bajamos a la plaza».
Además, ha señalado que luego llevó a su hermana en coche a la casa de ésta en Lasarte y volvió ha Pasai Antxo «hacia las ocho y media o nueve». «Me identificó la policía abajo», ha señalado para añadir que después se fue con su pareja y sus tres hijas en coche a casa, en Hernani, pasando por la «gasolinera de Miramón para comprar tabaco».
Una vez en casa su pareja, que había ido al cumpleaños en el coche del trabajo y lo dejó allí «hasta el día siguiente» porque había bebido, se quedó en el parking con un amigo para subir más tarde. Su pareja, también acusado, solamente ha contestado a las preguntas del fiscal y su defensa, y ha relatado lo mismo.
Polígrafo
Estuvo en el cumpleaños de su suegro, le llevó una televisión de regalo en la furgoneta del trabajo que le había dejado su jefe, y estuvieron allí «hasta que vino la Ertzaintza y nos identificó», luego «cada uno se fue para su casa». Al parecer su defensa solicitó las grabaciones de la cámara de seguridad de la gasolinera de Miramón pero «se habían borrado». «Estaba dispuesto a someterme al polígrafo, no participé en los hechos», ha insistido.
La octava acusada, con antecedentes por hurtos y que se ha calificado como «una persona tranquila, no agresiva», ha asegurado que no estaba en Pasaia el día de los hechos, que se encontraba «en Beasain o en Tolosa», según ha relatado cumplía «arresto domiciliario» en el primer municipio pero duda de si estaba allí o en Tolosa porque era viernes y el arresto era de lunes a jueves y solía ir al segundo municipio «porque vivía la madre de una amiga que ahora es mi suegra». Además, ha añadido que «hacía siete meses o así que no estaba» con su familia, «no tenía relación con ellos».
Finalmente, el noveno acusado ha aseverado también que el día de la agresión estaba con su familia en su casa de la localidad guipuzcoana de Alegi. Además, ha asegurado no tener relación con ninguno de los acusados y ha negado haber participado en la agresión, pese a que la víctima le identificó como una de las personas que le había golpeado con una botella de cristal. El juicio se reanudará el martes a las 09.30 horas con la declaración del resto de acusados. La Fiscalía pide penas de 14 a 16 años para los acusados.