El fracaso escolar en los distintos niveles educativos en Andalucía generó un «sobrecoste económico» de 1.067,2 millones de euros durante el curso 2022-2023, lo que supone un 23% del total nacional, que se situó en 4.596 millones. Esta cifra engloba los costes de la repetición escolar, de tener alumnado que finaliza la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) sin el título y del abandono temprano.
Esta es una de las principales conclusiones del Informe 'El coste económico del fracaso escolar en Andalucía', consultado por Europa Press y elaborado por la compañía internacional de tecnología educativa dide.org, que detalla que los costes de la repetición en Educación Primaria, ESO y Bachillerato ascienden a 386,3 millones de euros; el no aprovechamiento de recursos por fracaso escolar en ESO 368,9 millones; por abandono temprano en Bachillerato, 102,1 millones; Grado, 85 millones; Grado medio, 57,3 millones; y Grado superior, 67,5 millones de euros.
Además, las conclusiones del Informe muestran que en 2022 repitieron curso en Andalucía un total de 11.008 alumnos de Educación Primaria; 37.556 de ESO y 9.292 de Bachillerato. A estas cifras hay que añadir las correspondientes al fracaso escolar en ESO --53.289 alumnos que salen del ciclo sin el título-- y al abandono temprano en Bachillerato --14.752 alumnos-- y en Grado, Grado medio y Grado superior --28.370 alumnos--.
Asimismo, el informe muestra que la tasa de idoneidad inversa --alumnado de 15 años que no está en el curso que le corresponde por edad-- alcanza en Andalucía el 29,8%, situándose por encima de la media nacional que está en un 24,5%, oscilando entre el 12,7% de Cataluña y el 39,8% de Melilla. Por su parte, en lo referido a los alumnos de 12 años, esta tasa media es del 12,1%, oscilando en este caso entre el 5,3% de Cataluña y el 21% de Ceuta. La tasa correspondiente a Andalucía en este segmento de edad está en el 12,8%.
En lo referido a las tasas de fracaso escolar --entendido como alumnado que sale de la ESO sin el título-- el Informe estima que el 12,9% del alumnado que cursaba la ESO en España, un total de 180.693 alumnos abandonó esta etapa sin haber obtenido el título, tasa que alcanzó el 17% en Andalucía. Por debajo de esta media, en orden creciente, se ubican Cantabria, País Vasco, Navarra, Canarias, Asturias, Galicia, Cataluña, Castilla y León, Extremadura, Aragón y Madrid, mientras que por encima junta a Andalucía están Comunidad Valenciana, Baleares, La Rioja, Castilla-La Mancha, Melilla, Murcia y Ceuta.
Otro de los aspectos clave a la hora de calcular el «sobrecoste económico» es el referido al abandono temprano, referido a la población entre los 18 y 24 años que abandona sus estudios sin haberlos finalizado, especialmente referidos a Bachillerato y Grados. En este caso, la media española de abandono escolar se situó, en 2022, en el 13,9%, mientras que la de Andalucía se sitúa en el 15,3%.
El estudio concluye que una reducción del 10% en la tasa de repetición escolar, en las etapas de Educación Primaria, ESO y Bachillerato, mediante la aplicación de herramientas de detección temprana de dificultades y la adopción de medidas adecuadas, «permitiría un ahorro de 38,6 millones de euros y redundaría en ayuda para un total de 5.786 alumnos». Por su parte, esa misma reducción aplicada a la salida de alumnos sin el título de la ESO «permitiría un ahorro de 36,9 millones de euros y permitiría ayudar a 5.329 estudiantes a finalizar esta etapa con la obtención del título correspondiente».
Para la CEO de dide.org, Elena Betés, quien considera que el fracaso escolar es «un fracaso como sociedad y tienen impactos familiares muy relevantes», el «sobrecoste económico es sólo la punta del iceberg». «En un mundo en el que aprender a aprender es clave para ser capaces de adaptarse a las máquinas inteligentes, no podemos permitirnos perder casi medio millón de jóvenes sin formación relevante para su vida profesional», apunta.
«Existen opciones de identificar los problemas de manera precoz y ayudar a los docentes, que son la clave en el sistema educativo, con herramientas y reconociendo su trabajo y función como el pilar clave del desarrollo en Andalucía», concluye Betés.